El Barça vivió un último día de 2024 cargado de tensión. Una vez denegadas las medidas cautelares reclamadas en los juzgados por parte del club para que tanto Dani Olmo como Pau Víctor pudieran seguir defendiendo los colores azulgrana a partir del 1 de enero de 2025, el visto bueno de LaLiga a la venta de los derechos de explotación de los palcos VIP del futuro Spotify Camp Nou se perfilaba como la única solución posible.
LaLiga estaba a la espera de que la entidad azulgrana complete toda la documentación que le ha requerido sobre los nuevos contratos y las garantías de pago de los mismos. Las horas, no obstante, fueron consumiéndose de manera inexorable y, finalmente, no llegó la tan esperada luz verde para que ambos jugadores puedan mantener su inscripción en la plantilla barcelonista. De nada le sirvió a la entidad que tanto el presidente, Joan Laporta, como el vicepresidente primero y responsable del área deportiva, Rafael Yuste, y el tesorero, Ferran Olivé, llegaran a personarse en las instalaciones del club durante la mañana de este martes para apurar las negociaciones hasta el último momento.
LaLiga informó que el FC Barcelona no ha presentado ninguna alternativa que, atendiendo al cumplimiento de la normativa de control económico de patronal, le permita inscribir ningún jugador a partir del próximo 2 de enero.
venta de los palcos VIP fue a todas luces la opción principal a la que se agarró el club para que Olmo y Pau Víctor pudieran jugar bajo las órdenes de Hansi Flick en el nuevo año. La posibilidad de presentar un aval personal por parte de algún miembro de la junta, una fórmula ya utilizada en el pasado para facilitar la inscripción de futbolistas, llegó a estar también en el aire. Sin embargo, el hecho de que las negociaciones para cerrar esta opción pudieran llegar a dilatarse demasiado en el tiempo, con el cronómetro jugando claramente en contra de los intereses de la entidad azulgrana, pareció dejarla por completo en un segundo plano convertido más en una especie de clavo ardiendo que opción a todas luces real.
El hecho de que los dos jugadores hayan quedado finalmente desinscritos, dado que la inscripción de ambos únicamente era efectiva hasta el 31 de diciembre de 2024, va a tener también una serie de efectos. En el caso de Dani Olmo, existe una cláusula en su contrato que le permite obtener la carta de libertad y negociar su futuro con cualquier otro club, mientras la entidad barcelonista deberá responder tanto a las cantidades pactadas con el jugador para hacer efectiva su llegada a la entidad como al pago del correspondiente traspaso al Leipzig, tasado por el club alemán en un total de 60 millones de euros que iban a alcanzarse si se cumplían una serie de variables.
El egarense, por otro lado, podría permanecer en la disciplina del club pese a no tener ficha. Algo que, al revés, ya pasó con la llegada de Arda Turan. El internacional turco fue fichado en verano de 2015, pero tuvo que estar sin jugar hasta enero de 2016 en ese caso a causa de una sanción de la Fifa que impedía que el Barça inscribiera fichajes en dos ventanas de traspasos. Pau Víctor, por su parte, se quedaría sin ficha del primer equipo azulgrana y tendría que esperar también hasta la temporada que viene para poder volver a vestirse de corto, dado que en su caso no existe ninguna cláusula liberatoria como la acordada con Olmo.
El Mundo