El alemán Thomas Bach cedió este lunes el testigo a la zimbabuense Kirsty Coventry como nueva presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI), la primera mujer al frente de la institución fundada por el barón Pierre de Coubertin en 1894 y la primera persona africana en dirigirla.
En una ceremonia celebrada en la sede del COI en Lausana (Suiza), Bach, de 71 años, entregó el mando a Coventry, de 41 años, que se convierte en la décima presidenta del organismo rector del deporte mundial, además de la más joven, con excepción del fundador.
Bach, que ha estado al frente de la organización durante doce años, entregó la llave de oro de la Casa Olímpica a la exnadadora, quien fue elegida el pasado 20 de marzo para conducir el COI durante los próximos ocho años.
“Hoy es un día de alegría al pasar la antorcha a una nueva generación. Se abre ante nosotros un nuevo capítulo, lleno de oportunidades, impulsado por una energía renovada y un propósito renovado. Es el momento de celebrar la perdurable vitalidad de nuestra misión compartida”, subrayó Bach, que pasa a ser presidente vitalicio del COI.
Coventry agradeció a su antecesor la labor desarrollada durante tres mandatos y el legado que deja en la institución: “Nos ha mantenido unidos en los momentos más turbulentos”.
La unidad fue el punto en común de los discursos de la nueva presidente y del saliente, en un escenario internacional convulso del que el COI no ha sido ajeno y que le llevó a suspender la participación del Comité Olímpico Ruso en los Juegos de París debido a la invasión de Ucrania.
“Nuestro movimiento, cada uno de nosotros, forma parte de esa telaraña. Es complejo, hermoso y fuerte. Pero solo funciona si trabajamos juntos y nos mantenemos unidos”, proclamó la exnadadora de Zimbabue.
Coventry opinó que el olimpismo “necesita cambiar y adoptar nuevas formas” y expresó su propósito de mantener el legado de Bach y dar voz a todos los miembros de la comunidad olímpica en la nueva etapa.
Del alemán recordó las palabras que dirigió a la Comisión de Atletas del COI cuando ella formaba parte de este órgano: “Nos dijiste: aunque estén al fondo de la sala, quiero ver sus manos levantadas y quiero escucharlas’. Eso se nos quedó grabado como atletas».
Acompañado de su familia, agradeció a los millones de padres en todo el mundo por el sacrificio que hacen a diario para que sus hijos alcancen sus sueños, como ocurrió en su caso cuando se proclamó campeona olímpica en Atenas 2004 y en Pekín 2008.
La nueva responsable del COI definió el olimpismo como “una plataforma para inspirar, cambiar vidas y traer esperanza”.
Con la elección de la zimbabuense, prosiguió, se lanza “un poderoso mensaje al mundo: el COI sigue evolucionando”. “Refleja la natural naturaleza verdaderamente global y el espíritu joven y progresista de nuestra comunidad olímpica”, resumió Bach.
“Creo, desde lo más profundo de mi corazón, que el movimiento olímpico está preparado para este futuro (…) Nos hemos reformado, renovado y unido en torno a los valores que definen nuestro movimiento olímpico”, añadió de la nueva presidenta, la más joven de la historia, solo por detrás de De Coubertin, que ocupó el puesto con 33 años.
Como colofón al traspaso de poderes, Coventry entregó a su antecesor el Collar de la Orden Olímpica de Oro como reconocimiento a su trayectoria.
Ni Bach ni Coventry hicieron alusión al convulso escenario internacional, marcado por las guerras en Ucrania y Oriente Medio, si bien la ceremonia se adornó con varias piezas musicales, entre ellas, la de ‘Imagine’, de John Lennon, el célebre himno compuesto por el músico británico a favor de un mundo sin divisiones, ni conflictos.
EFE
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