A sus apenas 9 años, Ignacio Toro es mucho más que un niño con un sueño: es un ejemplo viviente de disciplina, motivación y pasión por el béisbol, capaz de inspirar a otros niños a luchar por sus metas.
Este joven marabino cumple a cabalidad una rutina admirable que combina entrenamientos en la pequeña liga Cacique Mara, producción de contenido deportivo en redes sociales y un firme compromiso con sus estudios.
"Todos los días voy al colegio, hago ejercicios para más tarde volver a casa, hacer mis tareas y estudiar", expresó Toro para Noticia al Día.
Con el carisma y chispa que lo caracteriza, el joven marabino inició un nuevo camino como creador de contenido digital, enfocándose en la historia de peloteros venezolanos y el apoyo a pequeños negocios en la ciudad.
"Mi mayor contenido es béisbol. Quiero que muchos niños me conozcan y se motiven a jugar este lindo deporte", expresó Ignacio, quien además de compartir sus técnicas de juego, relata con entusiasmo las hazañas de los grandes exponentes del béisbol venezolano a través de su canal @pefectplay.13.
Sus padres no escatiman en elogios al describirlo: como un niño versátil, creativo, carismático y con una chispa especial frente a la cámara. "Ignacio nos ayuda a impulsar nuestro emprendimiento. Creamos contenido y publicidad, y nos sorprende cada día sus ocurrencias y astucia", comentó su padre, Ángel Toro, con orgullo.
Además, Ignacio ha dado sus primeros pasos como emprendedor con una línea propia de ropa deportiva, demostrando que su talento y visión van más allá del terreno de juego. Este proyecto refleja su entusiasmo por el béisbol y su deseo de inspirar a otros niños a través del deporte y el estilo.
Ignacio sueña con llegar a las Grandes Ligas, y admira a varios peloteros venezolanos, destacando los nombres de Miguel Cabrera, José Altuve y Ronald Acuña Jr.
Con disciplina, humildad, trabajo duro y el gran apoyo de sus padres, este joven soñador se perfila como un futuro campeón decidido a poner el nombre de Venezuela en lo más alto. Cada paso que da es un testimonio de que los sueños no tienen edad, solo requieren determinación.







Fotos: Haroldo Manzanilla NAD / Cortesía
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