El Atlético de Madrid, con tres goles de cabeza, se adjudicó este domingo con autoridad incontestable (3-1) el derbi ante el Real Madrid, que perdió su primer partido de la temporada y con ello el liderato, ahora en poder del Barcelona, igualado con el Girona.
Dos tantos en el tramo inicial de Álvaro Morata (m.4) y del francés Antoine Griezmann (m.18) ante una desoladora zaga madridista vistieron de rojiblanco el derbi ante la falta de respuesta del equipo del italiano Carlo Ancelotti, cuyo plan inicial, con Rodrygo Goes como único punta y un medio del campo muy poblado, no le funcionó por su endeblez en el área propia y su inoperancia en ataque.
Encaraba más necesitado el encuentro del Metropolitano el cuadro del argentino Diego Pablo Simeone y, pese a las bajas que presentaba, lo demostró con creces. Fue inmensamente superior al Real Madrid y en el tramo inicial le pudo hacer un roto aún mayor.
Aunque pareció que el conjunto de Ancelotti recuperaba el resuello con un disparo desde fuera del área del alemán Toni Kroos (m.35) e incluso luego rozó el empate -un tanto de Eduardo Camavinga fue anulado por fuera de juego de Antonio Rudiger-, fue un espejismo, porque de nuevo naufragó atrás, con el austríaco David Alaba retratado, y lo aprovechó otra vez Morata de cabeza para devolver la distancia de dos goles nada más comenzar el segundo tiempo.
Controló sin grandes apuros el resultado del Atlético de Madrid. Los cambios de Ancelotti apenas sirvieron para nada. Sin ideas ni recursos de peso, centros sin sentido y disparos lejanos sin acierto, se desvaneció el Real Madrid y festejó el Atlético, cuya victoria vale su peso en oro para olvidar traspiés anteriores y no rendirse antes de tiempo.
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