Mientras que “los políticos tienen una vida de cuatro u ocho años, los problemas cardiovasculares requieren inversiones cuyo beneficio se verá dentro de cincuenta, por lo que no se destinan las esfuerzos necesarios a este tipo de enfermedades”, ha comentado el director de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), José María Castellano.
Estas afecciones “no se consideran lo suficientemente prioritarias para tomar una postura coordinada que incluya sanidad, educación, alimentación y transporte de modo que tenga un impacto en las personas”, ha continuado el también director del Programa de Salud Cardiovascular del Hospital Universitario Montepríncipe (Madrid), en una entrevista con EFE realizada en el marco de la Tercera Cumbre Ferrer Latam.
Sin embargo, son la principal causa de defunción en el mundo y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, se cobran 17,9 millones de vidas cada año.
Factores de riesgo
El experto en cardiología ha señalado, entre otros aspectos, al “sedentarismo” de la sociedad actual que “nos aleja de una vida cardiovascularmente saludable”, como uno de los principales factores de riesgo a la hora de sufrir un infarto de miocardio, un ictus o cualquier afección relacionada con el corazón.
“La globalización ha igualado los estilos de vida que no son cardiosaludables. Mientras que el ocio para los niños y niñas antes era hacer deporte, ahora es estar delante de una pantalla”, ha añadido. Además, según él, “una persona con un sedentarismo de más de 11 horas diarias, aunque vaya al gimnasio 45 minutos al día, tiene la misma mortalidad que si no acudiera”.
La polipíldora cardiovascular
Ante esta situación, la prevención es crucial y, en el caso de pacientes que ya han sufrido una enfermedad cardiovascular, el doctor Castellano destaca los beneficios de la polipíldora cardiovascular, desarrollada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y Ferrer, con quien la Agencia EFE mantiene un acuerdo de difusión de contenidos.
Este fármaco aglutina en una pastilla tres principios activos (ácido acetil salicílico, ramipril y atorvastatina) indicados para pacientes que han sufrido un infarto de miocardio, mejorando así la adherencia al tratamiento y reduciendo la mortalidad cardiovascular en 33 %, según datos del estudio Secure, coordinado por el CNIC.
El informe, publicado en The New England Journal of Medicine (NEJM) en 2022, se basa en un ensayo clínico aleatorizado que se llevó a cabo en dos mil 499 pacientes de siete países europeos (España, Italia, Alemania, República Checa, Francia, Polonia y Hungría) que habían sufrido un infarto de miocardio.
Resultados
“Los seguimos durante tres años y vimos que aquellos pacientes que tomaban la polipíldora redujeron el riesgo combinado de muerte cardiovascular, infarto e ictus en 24 %. Una diferencia abismal”, explica Castellano.
Un año después, la polipíldora cardiovascular ha sido incluida por la Organización Mundial de la Salud en la lista de medicamentos esenciales, una relación de fármacos que la OMS considera requisitos mínimos que todo sistema de salud debe tener disponible.
Además, el director de Investigación Clínica ha compartido que “la polipíldora supone un cambio brutal en la evolución de la enfermedad de los pacientes: acudirán menos a urgencias, tendrán menos ictus y producirán menos costes directos e indirectos, lo que redunda directamente en toda la sociedad”.
“En salud pública hay que ser práctico y la polipíldora lo es”, por eso ha recalcado Castellano la necesidad de introducirla en países como México.
EFE