El Papa Francisco ganó notoriedad por su estilo poco convencional y su tendencia a romper siempre el protocolo.
Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio, apartó la formalidad de papas anteriores, desde que apareció por primera vez en el balcón de la Basílica de San Pedro con una sencilla sotana blanca sin la capa roja con ribetes de armiño, conocida como mozzetta, que se lleva tradicionalmente en tales ocasiones.
Desde entonces siempre recibió a sus cardenales de manera informal y de pie, en lugar de sentarse en el trono.
Rechazó la limusina papal e insistió desde un principio de su gestión de compartir el autobús que llevó a otros cardenales de regreso a casa.
En el pecho portaba la cruz de plata que había usado como arzobispo de Buenos Aires, en lugar de la cruz de oro que lucían los papas anteriores.
Una muestra de inconformismo fue más allá de su vestimenta, ya que se negó a vivir en el Palacio Apostólico y residió principalmente en la Residencia de Santa Marta, mostrando una cercanía y espontaneidad . Ejemplos de algunas de sus "travesuras"
El Papa realizó algunas visitas improvisadas o de sorpresa a diversos lugares, como ópticas para comprar sus propios lentes, demostrando su deseo de mantener una vida de lo más normal.
Solía ir a una heladería en Roma sin protocolo para comer helado. Adoraba comerlos y su heladería favorita estaba en el centro de Roma. Un artículo de Cuatro menciona que el dueño le ofreció probar su helado y desde entonces se convirtió en un cliente habitual.
Visitó personas enfermas y necesitadas sin previo aviso, mostrando su preocupación por los marginados. Siempre estuvo dispuesto a abrazar y besar a ciudadanos de todas las condiciones, incluyendo discapacitados.
El pontífice realizó llamadas telefónicas personales a quienes le escribían, mostrando su interés genuino por sus vidas. Mostró a cada momento cierta indiferencia hacia los protocolos tradicionales del Vaticano, prefiriendo un estilo más sencillo y directo.
En varias ocasiones realizó comentarios espontáneos y fuera de lo preparado, lo que le permitió mantener una imagen de persona muy natural.
En 2013, ya siendo Papa, participó en una marcha pro vida en Roma, pidiendo por los derechos de los no nacidos "desde el momento de la concepción".
Pocos saben que los miércoles, cuando tenía la audiencia general, y los domingos, cuando rezaba el Ángelus, almorzaba en el comedor de Santa Marta una hora antes que iban los prelados y se servía junto con los mozos y los cocineros, ( él mismo se servía su comida), como si fueran una familia",
Será recordado como un hombre humilde que practicaba lo que predicaba y que mantuvo la calidez y sencillez a pesar de ocupar lo que seguramente sea el cargo vitalicio más poderoso del planeta.
NAD/ ACI Prensa