La libertad y la igualdad no pueden excluirse entre sí. Sin libertad no puede haber respeto a la dignidad de las personas.
Así lo considera el presbítero José Andrés Bravo, director del Centro Arquidiocesano de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia católica, para quién: "una libertad individual y absoluta hace mucho daño, porque destruye la dimensión social. considerando además que el colectivismo no es comunidad".
Para el pastor "el ser humano no es un producto, una cosa arrojada en el mundo y lo que representa la igualdad implica respeto a la identidad de cada uno y no se realiza como masa".
En su palabra subraya que "la fraternidad es el valor que armoniza la libertad y la igualdad, la justicia y la paz. Dios nos creó para vivir felices, en libertad y fraternidad, considera.