Jueves 29 de mayo de 2025
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Maracaibo bajo el sol: El "modo árabe" de sus habitantes para combatir el calor extremo

La ciudad es la segunda más poblada de Venezuela y su clima está marcado en la categoría “extremo”

Maracaibo bajo el sol: El
Foto: Cortesía
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En el corazón de Maracaibo, por sus avenidas céntricas y calles concurridas, se dibuja un paisaje humano en constante movimiento. La gente camina de prisa, casi corriendo, como si el tiempo fuera un lujo en su velocidad por llegar a destino. Esta celeridad se intensifica especialmente en las horas más implacables del día, al mediodía y durante parte de la tarde, cuando el termómetro se dispara.

Bajo el sol abrasador, una imagen se repite: rostros cubiertos con franelas de manga larga, ropa ligera y lentes oscuros, buscando refugio del calor sofocante.

Si bien los marabinos no poseen un código de vestimenta que los distinga del resto del país, adoptando por lo general la ropa casual propia del trópico, en los últimos tiempos se ha notado una curiosa tendencia. Cada vez es más común ver a mujeres de todas las edades lucir "bartolas" largas y de colores claros, con pañuelos que emulan turbantes en la cabeza y sandalias.

Los hombres, por su parte, optan por pantalones holgados y camisetas anchas, también en tonos claros. Una estética que, sin querer, recuerda a la indumentaria de tierras lejanas.

Quienes no tienen más remedio que enfrentarse a la "pepa de sol", como coloquialmente llaman los marabinos a la inclemente radiación solar, son los más ingeniosos. Trabajadores al aire libre, por ejemplo, adoptan medidas extremas: buscan la sombra, usan ropa protectora de manga larga, cubren sus cabezas, no olvidan las gafas de sol y aplican protector solar generosamente. Muchos incluso se tapan la cara con un pañuelo o bufanda, dejando al descubierto apenas los ojos.

A la usanza beduina


Esta práctica no es tan descabellada como parece. La indumentaria se asemeja a la kufiya, la vestimenta tradicionalmente usada por campesinos y beduinos árabes para protegerse del sol, el viento, la arena del desierto e incluso el frío. Hay una lógica ancestral en ello: cuando el calor es extremo, la ropa, incluso la que parece "de abrigo", funciona como un aislante, ayudando a mantener el cuerpo a una temperatura más soportable.

Ante la ola de calor, el humor marabino surge como una válvula de escape. "Nos vamos a freír"; "Nos van a conseguir tostados"; “¡Qué molleja de calor!”; "nos estamos asando", son algunas de las expresiones que, cargadas de ingenio, se escuchan a diario. Y sin pensarlo dos veces, el marabino no duda en subirse la camisa o la franela, esté donde esté, buscando un respiro del calor, incluso si eso implica taparse la cara casi por completo, dejando solo sus ojos a la vista.

El calor "templao"

Maracaibo, con su clima semiárido cálido, es una de las zonas más calientes de Venezuela. La ciudad experimenta temperaturas que a menudo superan los 40 grados, y en algunas ocasiones, la sensación térmica puede alcanzar mucho más.

Los picos de calor en la ciudad capital zuliana han llegado a superar los 50 grados centígrados de sensación térmica a principios de septiembre y de acuerdo con algunos científicos, la región se ha convertido en uno de los puntos más calientes y secos de Suramérica, reseña Sumarium.

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