En Fátima, Portugal. A pocas horas de cumplirse el primer aniversario del atentado en la Plaza de San Pedro, el Papa San Juan Pablo II sufrió un nuevo ataque la noche del 12 de mayo de 1982, esta vez en el Santuario de la Virgen de Fátima.
El agresor fue identificado como el sacerdote español Juan Fernández Krohn, ordenado tres años antes por Mons. Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, una institución que rechaza el Concilio Vaticano II y que se encuentra en cisma con la Iglesia Católica desde 1988.
Según relató el Cardenal Stanislaw Dziwisz en el documental "Testimonio", San Juan Pablo II "verdaderamente deseaba realizar esa peregrinación hasta Nuestra Señora de Fátima para celebrar el primer aniversario del intento de asesinato" de Mehmet Alí Agca.
Además, el Pontífice quería "darle las gracias [a María] por salvar su vida", por lo que llevó la bala extraída de su cuerpo a la Virgen, la cual hoy adorna una de sus coronas. La visita del Papa a Portugal se extendió del 12 al 15 de mayo de 1982.
Sin embargo, Fernández Krohn había viajado desde París con la intención de asesinar al Papa. En un artículo del diario ABC, el periodista Martín Descalzo recordó haber publicado declaraciones "tan agresivas contra la Iglesia y el Vaticano" del sacerdote, lo cual le valió una "violenta respuesta" y anticipaba su "agresividad" que lo llevó "hasta las mismas puertas del crimen".
El agresor, de 32 años y vestido de sacerdote, ocultaba una bayoneta de 37 centímetros en su cartera de cuero. Así, esperó la tradicional procesión de las velas para acercarse a San Juan Pablo II. Aunque las imágenes solo muestran su detención, el Cardenal Dziwisz reveló años después que, "cuando la procesión regresaba hacia el altar, un clérigo le atacó, quería apuñalar al Santo Padre".
De hecho, añadió que "hirió al Papa", pero no de gravedad, permitiéndole finalizar la ceremonia. Al regresar a su habitación, se percataron de la mancha de sangre en su sotana y de la herida causada por el puñal.
Posteriormente, el Cardenal Dziwisz confesó que "todos temblábamos de miedo" ante la primera aparición pública del Papa en la Plaza de San Pedro tras el primer atentado. No obstante, San Juan Pablo II "decidió que no podía vivir con miedo", una actitud que "nos liberó del miedo que podía atenazarnos en cualquier momento en que el Papa saliera para reunirse con el pueblo".
Finalmente, Fernández Krohn fue expulsado de la Fraternidad San Pío X y, durante su tiempo en prisión, abandonó el sacerdocio y se casó por lo civil.
Texto: Bleidys Sanchez /Pasante
Noticia al Día