Viernes 27 de junio de 2025
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El paifang: la puerta que conecta a Maracaibo con China

Los restaurantes chinos mantienen su cultura a través de la arquitectura y ambiente tradicional, con fachadas de arcos y colores simbólicos, e interiores con adornos ancestrales y figuras como Buda o peceras

Por Pasante1

El paifang: la puerta que conecta a Maracaibo con China
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En cada rincón de Maracaibo, los restaurantes chinos han echado raíces no solo como templos del sabor oriental, sino como auténticos refugios culturales que resisten al tiempo. Más que espacios para disfrutar platillos exquisitos, estos lugares conservan símbolos, formas y colores que cuentan historias milenarias. Su arquitectura, decoración y ambiente hablan de una herencia viva que se adapta sin perder identidad, haciendo que cruzar sus puertas sea mucho más que una experiencia gastronómica: es un viaje sensorial a través del legado de una de las civilizaciones más antiguas del mundo.

Más allá del inconfundible sabor de su gastronomía, estos establecimientos se distinguen por conservar una identidad arquitectónica y ambiental que se ha transmitido a lo largo de generaciones, convirtiéndose en un testimonio vivo de sus raíces ancestrales.

La fachada: Un eco ancestral 

Desde el primer vistazo, la fachada de estos restaurantes nos transporta a tierras lejanas. Una de las características más distintivas son los arcos en las puntas de sus techos, un diseño que evoca la tradicional arquitectura china conocida como xieshan. Este estilo, con sus aleros curvos, es propio de templos y palacios históricos, y simboliza elegancia y grandeza.

En China, esta arquitectura de techos curvos tiene un profundo significado. Los antiguos chinos creían que los espíritus del agua y del aire moraban en los tejados de las viviendas, y que las curvas ascendentes de los aleros y los remates en forma de cuerno ayudaban a desviar o proteger contra los espíritus malignos, además de atraer la buena fortuna.

Asimismo, la arquitectura china busca armonía con el entorno natural: las curvas de los techos se asocian con las formas de las montañas y los movimientos de las nubes, reflejando el deseo de integrar el edificio al paisaje. La complejidad de estos techos también indicaba jerarquía y estatus: desde el “solo inclinado”, más común, hasta el “demasiado inclinado” (con curvatura radical), reservado para templos y palacios, profusamente decorados.

En Maracaibo, esta tradición se adapta, manteniendo su esencia estética y simbólica.

Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia
Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia

Colores con mensaje y ambientes con alma 

Los colores elegidos para los exteriores de estos establecimientos no son casuales; cada tonalidad encierra un significado cultural: el rojo, dominante, representa buena suerte, alegría y prosperidad; el blanco simboliza pureza; y el verde, naturaleza y frescura. En su tierra natal, el dorado y el negro también son colores tradicionales, asociados con la prosperidad y la elegancia. Estos elementos no solo cumplen una función decorativa, sino que representan herencias ancestrales que transmiten siglos de creencias y tradiciones.

Al cruzar el umbral, el visitante se sumerge en un ambiente cuidadosamente diseñado para reflejar la cultura china. Abundan elementos decorativos como biombos, abanicos, cuadros con paisajes y flores tradicionales, y figuras chinas que adornan los techos.

Esta atmósfera va más allá de lo estético: es una expresión de identidad cultural. Entre los elementos más representativos, destaca la presencia de figuras de Buda, una deidad venerada que simboliza la paz, la sabiduría y la iluminación espiritual.

También es común encontrar peceras grandes que, además de aportar belleza visual, representan abundancia, riqueza, prosperidad y buena suerte, una creencia compartida tanto en China como aquí, donde la frescura es altamente valorada.

Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia
Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia
Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia
Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia
Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia
Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia

Legado y adaptación: Tradición y modernidad en ambos lados del mundo 

Muchos de estos elementos decorativos y arquitectónicos fueron traídos por barco en la época en que estos restaurantes abrieron sus puertas al público, marcando el inicio de una tradición en nuestra ciudad. Lamentablemente, la mayoría de estos establecimientos originales han cerrado con el tiempo. Sin embargo, algunos han resistido el paso de los años, como el Bar Restaurante Internacional, inaugurado en 1974, que aún preserva fielmente su estilo y ambiente original, con sus cuadros y un techo repleto de figuras chinas.

Es importante destacar que, tanto en China como en Maracaibo, la arquitectura de estos establecimientos ha evolucionado. En su tierra natal, existe una creciente tendencia a fusionar elementos tradicionales con diseños contemporáneos —líneas limpias, colores neutros, materiales como vidrio y metal— sin dejar de lado sutiles toques culturales que conservan el vínculo con las raíces.

Foto: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia

De manera similar, los restaurantes en Maracaibo han logrado adaptarse: aunque algunos han optado por remodelaciones internas y externas, la esencia cultural se mantiene intacta. Han conseguido modernizarse sin sacrificar ese ambiente único que los conecta con sus raíces y antepasados, asegurando que la experiencia de visitar un restaurante chino siga siendo un viaje a una cultura milenaria que, a miles de kilómetros de distancia, mantiene viva su historia arquitectónica y se adapta a los tiempos sin perder su identidad.

foto: agencia
foto: agencia

Texto: Bleidys Sanchez/ Pasante

Fotos: Bleidys Sanchez/ Pasante y agencia

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