Martes 03 de diciembre de 2024
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La maldad de Caín se repite cada día: ¿Por qué despuntan los crímenes de sangre?

El parricidio es uno de los crímenes más perturbadores, ya que conlleva acabar la vida de un pariente cercano con…

Por Pasante1

La maldad de Caín se repite cada día: ¿Por qué despuntan los crímenes de sangre?
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El parricidio es uno de los crímenes más perturbadores, ya que conlleva acabar la vida de un pariente cercano con quien se tenga un vínculo de sangre directo. Pero el uso común de este término suele atribuirse al hecho de que un hijo/a asesine a su progenitor, mamá o papá.

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Sin embargo, las razones para cometer este acto son diversas, porque puede surgir por el deseo de una venganza infantil, abusos sexuales, razones económicas o ganas de vencer al padre; esto significa que nace por un historial de abuso físico o emocional en el hogar. En algunos casos el parricidio se comete de forma cautelosa, con un plan detrás.

Un ejemplo es la historia de "Los hermanos Menéndez", Lyle y Erik dos estadounidenses quiénes en la noche del 20 de agosto de 1989, asesinaron a sus padres.

Al principio la fiscalía durante el juicio argumentó que este homicidio había sido producto de la avaricia, sin embargo, tiempo después los hermanos confesaron que fue debido a un abuso sexual por parte de su padre, desde que eran muy pequeños y ninguno tuvo apoyo de su madre, ya que la misma justificó la acción de su esposo.

"Los hermanos Menéndez". Foto por: uk.news.yahoo

No obstante, también hay personas que cometen parricidio por placer o para ejercer control sobre sus víctimas. En la biblia, aparece una historia en Génesis 4, de dos hermanos, uno era labrador llamado Abel y él era otro pastor, llamado Caín.

Ambos le dieron una ofrenda a Dios, pero la ofrenda de Abel fue la única que Dios recibió con agrado. Abel se llenó de mucha envidia y decidió asesinar a su hermano; posteriormente, por causa del juicio de Dios, Caín recibió su castigo.

Ilustración por: Pinterest

Muchos de los que cometen parricidio son jóvenes, que actúan de forma impulsiva bajo un contexto de violencia o inestabilidad familiar. Al no tener una buena forma de expresar su dolor o angustia, toman decisiones extremas y trágicas, sin embargo, se debe destacar que este tipo de personas, no sienten empatía, remordimiento o culpa por sus acciones.

Al final, el parricidio no es solo un acto criminal; sino un síntoma de problemas más profundos en la vida familiar y emocional. Es por ello que es de vital importancia, abordar las causas, como la violencia intrafamiliar y la falta de apoyo psicológico, para prevenir estás tragedias. Porque arrebatar la vida de una persona, es una herida que tarda en sanar para todos los familiares y amigos de aquel fallecido.

Elianny Isabel Touissant/Pasante

Noticia Al Día.

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