Entre las historias impacta la de una niña, quien solicitó al sacerdote que oficiaba la misa que pidiera a Dios y a la Chinita por la salud de su mamá que padecía de cáncer y que le ofrecería a la Patrona lo que más quería ella en ese momento, después de su mamá, que era su muñeca de trapo
Juan llegó a la sacristía a preguntar cómo era el procedimiento para bendecir su anillo de graduación frente al altar de la Chinita y a quién se dirigía para dejar una réplica de su prenda como promesa, por haber culminado con éxito su carrera universitaria.
La señora Ana, con su nieta en brazos, se arrodilló frente al altar y con lágrimas en los ojos agradeció el bien alcanzado. "No tengo cómo pagarte mi China", se le escuchó decir al momento de dejar una réplica del Divino Niño en el santuario.
Antonio, el sacristán muy conocido por los parroquianos y la feligresía, le indicó los pasos para que cumpliera su promesa.
Igual daba información sobre el programa de la bajada de la Virgen Chiquinquirá el sábado 28, así como la realización de bautizos, matrimonios, misas de defunciones y la programación central del día de la excelsa patrona.
Realizamos un recorrido por el santuario de la Virgen patrona que fue remodelado en su totalidad y luce espléndido, con un brillo angelical.
Visitamos el museo que resguarda las promesas a la Virgen, ubicado en la entrada de la nave izquierda de la Basílica, donde están las vitrinas aseguradas por unas rejas metálicas y reposan cientos de objetos que han sido obsequiados en agradecimiento como lo llaman los feligreses.
Sillas presidenciales en miniatura y mechones de pelo
Nos contó el sacristán Antonio, que la devoción por la Chiquinquirá crece cada día más, y queda demostrado con la presencia de sus fieles frente a su altar y las miles de peticiones y promesas que reciben a diario.
El lugar que resguarda los objetos recibidos se ha hecho pequeño, y se puede ver a simple vista que hay desde copas de trofeos, casitas en miniatura, bandas de misses, anillos, medallas, réplicas de sillas presidenciales en miniatura de los exmandatarios Rafael Caldera y Luis Herrera Campins, mechones de pelo, birretes, poemarios, muñecas de trapo, zapatillas, camisetas deportivas, balones, vestidos de novia, insignias militares, entre los miles de objetos que una vez fueron presentados ante el altar de la Virgen Chinita.
Cuenta el sacristán que en una oportunidad, una de las acciones que más le ha impactado fue el momento en que una niña se hizo presente un domingo en el templo y solicitó al sacerdote que oficiaba la misa que pidiera a Dios y a la Chinita por la salud de su mamá que padecía de cáncer y que le ofrecería a la Patrona lo que más quería ella en ese momento, después de su mamá, que era su muñeca de trapo que cargaba en sus brazos.
Trajo a su memoria el momento en que la feligresía lloró y se elevó desde el altar una oración para pedir por la salud de la señora a solicitud de su hija.
Con el tiempo la madre sanó y la niña regresó a la Basílica junto a ella para agradecer el favor alcanzado. En la galería reposa la muñeca de trapo.
Dos mil visitantes diarios
Se estima que unas dos mil personas visitan a diario el templo y una mayoría lleva un regalo simbólico, incluyendo flores para el altar.
La iglesia luce brillante, resplandece desde cada rincón que se le observa, esperando a los fieles que volverán a estar cerca de su Patrona, que la venerarán como suelen hacerlo cada año.
Todo tipo de reliquias están hacinadas en una galería pequeña que amerita atención oficial para el mejor resguardo de esas piezas benditas. "¡Milagro! el 18 de noviembre hubo un milagro, ha llegado nuestra Virgen del Rosario ", vuelve a sonar el verso gaitero en su honor.
Nos contó el sacristán Antonio que la devoción por la Chiquinquirá crece cada día más, y queda demostrado con la presencia de sus fieles frente a su altar y las miles de peticiones y promesas que reciben a diario.
Javier Sánchez
Noticia al Día