Durante la celebración del Viernes Santo en la Iglesia Católica se recuerda la muerte de Jesucristo en la cruz y se reflexiona sobre sus últimas palabras.
Las siete palabras de Jesús en la cruz son una meditación sobre su sacrificio y su amor por la humanidad.
En esta celebración se lleva a cabo la adoración de la cruz, donde los fieles besan o tocan una imagen de Cristo crucificado como muestra de veneración y agradecimiento.
También se realiza la liturgia de la Pasión del Señor, que incluye la lectura del Evangelio de la muerte de Jesús y la oración universal por las necesidades de la Iglesia y del mundo.
En este día, se realiza el Vía Crucis, que es una procesión en la que se recorren 14 estaciones que representan los momentos más significativos del camino de Jesús hacia la cruz.
También se realiza la adoración de la Cruz, donde se venera una imagen de Jesús crucificado y se reflexiona sobre el significado de su muerte y la importancia de su sacrificio para nuestra salvación.
El Viernes Santo es un día de ayuno y abstinencia, donde los cristianos se abstienen de comer carne y realizan algún tipo de sacrificio en honor al sacrificio de Jesús en la cruz.
Asimismo, la iglesia hace una reflexión de los siete palabras que dijo Cristo en la Cruz:
- "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34)
- "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43)
- "Mujer, ahí tienes a tu hijo" (Juan 19:26)
- "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46)
- "Tengo sed" (Juan 19:28)
- "Todo está consumado" (Juan 19:30)
- "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23:46)
El Viernes Santo es un día para reflexionar sobre el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz, renovar nuestro compromiso con la fe y agradecer por el sacrificio que hizo por nuestra salvación.
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