El Miércoles Santo, en algunas iglesias católicas de América Latina, se llevaba a cabo una tradición andaluza cuyo origen es bastante remoto e impreciso: la ceremonia de las señas. Caracas, Mérida y Maracaibo, son las ciudades venezolanas donde la feligresía ha conocido de dicha celebración.
La Catedral de Maracaibo dejó de realizarla desde antes del inicio de la pandemia, luego de formar parte de la celebración de la Semana Mayor por más de treinta años, como antesala de la Pascua y coincidiendo con el último oficio cuaresmal.
"En la renovación litúrgica no fue incluida, entre otras razones, porque en la Iglesia ya no existe el cabildo eclesiástico, quienes realizaban la Ceremonia de las Señas; ahora la realidad pastoral es que el arzobispo tiene vicarios episcopales en su tren ejecutivo", explicó el párroco de la Catedral de Maracaibo, Néstor Primera.
Actualmente, en el Miércoles Santo se mantiene la celebración de las vísperas a las 4 de la tarde, seguida de la Procesión de los Pasos, con la participación de siete iglesias y sus correspondientes imágenes de Jesucristo.
En la Ceremonia de las Señas, el arzobispo lideraba la actividad en la cual los sacerdotes vestían con largos trajes negros, símbolo de los pecados que arrastra la humanidad. El pasillo central se transformaba en una alegoría de la historia de la humanidad, la cual era recorrida por cuatro canónigos, quienes avanzan hacia el altar, que era la puerta del cielo.
La victoria de Jesucristo se celebraba con la Ceremonia de las Señas
Allí, en el umbral, se postraban en el suelo, cubiertos con sus túnicas, mientras el obispo ondeaba sobre ellos un estandarte negro con una cruz roja, para recordar la victoria de Jesucristo sobre la muerte.
El ambiente solemne y cargado de simbolismo, se complementaba con cánticos religiosos, en latín o español.
En la Catedral de Sevilla, se le conocía como ceremonia de la Santa Seña o de la Ostentación de la Bandera. En la Catedral de Quito, Ecuador, un ritual similar recibe el nombre de Arrastre de Caudas, el cual se mantiene vigente hasta la fecha.
El clero la adoptó del mundo militar romano
Este acto religioso trae elementos antiguos como la costumbre romana para honrar a los generales del Ejército caídos en batalla, con los soldados postrados en tierra, mientras uno de los mandos extendía sobre ellos la bandera en señal de luto y respeto.
El sitio web Patrimonio de Sevilla explica que "este simbolismo lo hizo propio la Iglesia, tomando el color negro (fondo) y el rojo (cruz), en señal de la muerte y la sangre de Cristo. La ceremonia se celebraba en la Catedral, concretamente en el Altar Mayor, donde todo el cabildo presente se arrodillaba y se cantaba el himno Vexilla regis".
En España, este acto se celebraba en cinco oportunidades a lo largo de la Semana Santa, para recordar las cinco edades en las que el mundo estuvo sin el conocimiento del Señor (de Adán a Noé, de Noé a Abraham, de Abraham a Moisés, de Moisés a David, y de David al nacimiento de Jesús).
"Según expertos en la materia, las Hermandades adoptaron el uso de la bandera como insignia para sus cortejos procesionales, de la liturgia de la Catedral", explica el referido portal.
Vexilla regis prodeunt
(Los estandartes del rey salen)
Ya del rey se enarbola el estandarte
De la cruz el misterio resplandece
De la vida el autor muerte padece
y con ella la vida nos reparte
Pues violento impulso de un soldado.
Herido con la lanza cruelmente,
Para lavar al hombre delincuente,
agua y sangre manó de su costado.
Ya cumplida se ve la profecía
Que en verso siempre fiel David cantaba,
Y a todas las naciones anunciaba:
Que Dios en un madero reinaría.
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F Reyes
Noticia al Día
Con información de: Patrimonio de Sevilla / Catedral de Maracaibo