Alexis Blanco
De verdad es una extraordinaria exposición. Exquisita. Detalle a detalle muy bien cuidada y mejor museografiada. Por mucho, Realidades oníricas es un viaje hacia una función de circo, soñada y construida por el maestro Carmelo Niño, quien durante la noche del viernes, en el Centro Bellas Artes Ateneo de Maracaibo, cerraba un círculo de amor extendido durante cincuenta años.
Entró al recinto en compañía de Carolina Pirela, su compañera, así como con Bélgica Rodríguez, autora del libro que enlaza el sentido de la muestra itinerante que estará hasta junio para luego viajar a Caracas y después a los Estados Unidos, donde el artista espera residenciarse. Una despedida honorable que concitó, durante la velada del viernes, “gente de cien mil raleas”.
Esa es la gran noticia colateral que nos lega el estreno de la itinerante: la manera como Carmelo Niño trajo a la memoria aquellos encuentros gloriosos de antaño, donde todos los estratos de la sociedad civil acudían, puntuales y punta en blanco, a estas inauguraciones. Todos evidenciaban en sus rostros el regocijo de la perplejidad bendita que estas 40 obras suscitan: telas con personajes que han ido creciendo en el fértil imaginario creador de un artista que sorprende con esa gracia para colorear inmensos volúmenes, recreando espacio para el regodeo de la mirada. Una belleza de circo bendito, cuyas carpas quedaron instaladas en el corazón de quienes estuvieron compartiendo, el viernes.
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El sábado comenzó también impregnado con la magia de Carmelo Niño: temprano fue condecorado con la orden Lago de Maracaibo, en su Primera Clase y, en la noche, estaría acompañando a un selecto grupo que compartiría con él una velada regia, en la galería de arte 700, en el CC Costa Verde.
La jornada del domingo será igualmente importante, ya que, a las once de la mañana, también en el Bellas Artes, se tiene previsto un encuentro abierto, de libre acceso, con el público de la ciudad. Estará junto con la doctora Rodríguez, con quien está muy interesado en desarrollar una suerte de gran catálogo de los artistas de la nueva generación zuliana.
Desde el libro Realidades oníricas, la escritora especializada en arte venezolano apunta: "En el catálogo de Sombras al relieve (Galería de Arte Ascaso, Caracas, 2007), escribo que «Niño se apropia de estas imágenes y las traslada al presente, les ofrece un espacio visible socialmente porque le sirven para institucionalizar un espacio reglado y ordenado, aunque nunca neutro»; mientras que en la muestra Figuración y ensueño (2012) que se presenta en la misma galería, planteo que (…) estudiando visual y plásticamente las obras de los grandes maestros (…) dirige la mirada hacia varias direcciones; él persigue sensibilidades ligadas a atmósferas creadas por estos artistas para representar ideas y conceptos propios de su época, y traducirlo todo en paisaje interior, natural o urbano. Es posible encontrar aquellas atmósferas oníricas sublimizadas del paisaje leonardesco que sirve de marco a personajes de diverso carácter religioso o humano, pudiendo así confundir la percepción del espectador al presentarle una realidad diferente a la suya, la habitual y cotidiana”.
El artista nos espera a todos en Bellas Artes. El acceso es gratuito y no habrá familia o institución que salga defraudada: es arte de primer mundo. De un zuliano que, hoy por hoy, es uno de los más importantes artífices del continente.
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