Viernes 07 de noviembre de 2025
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Júbilo desbordado: Así vivió Isnotú la canonización de su hijo predilecto

La canonización de José Gregorio Hernández Cisneros y la Madre Carmen Elena Rendiles Martínez, desató una ola de fervor y orgullo patrio

Júbilo desbordado: Así vivió Isnotú la canonización de su hijo predilecto
Imagen: Isidro López
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El 19 de octubre de 2025 quedó grabado con letras de oro en la historia de la fe venezolana. La canonización de José Gregorio Hernández Cisneros y la Madre Carmen Elena Rendiles Martínez, desató una ola de fervor y orgullo patrio que encontró su epicentro en dos lugares clave: la majestuosa Plaza de San Pedro en el Vaticano y la humilde y devota Isnotú, tierra natal del "Médico de los Pobres" en el estado Trujillo.

En Isnotú, el ambiente se cargó de una devoción y un amor profundo que solo se compara con la euforia de un triunfo deportivo mundial. Para los trujillanos, este no fue un evento más, fue la confirmación de que su tierra es, para siempre, "tierra de santos".

Imagen: Isidro López

Isnotú celebró a lo grande

La misa a las 4:00 am (hora de Venezuela) fue una vigilia de amor. Podía verse a las abuelitas, pilares de nuestra fe, aferradas a sus rosarios o ataviadas con la humilde franela con la imagen del Dr. Hernández, muchas soportaron el sueño sueño y el frío, porque la fe fue más poderosa que el cansancio.

Imagen: Abraham Zambrano

Cuando el Papa León XIV pronunció el nombre de José Gregorio Hernández en la liturgia, el pueblo de Isnotú estalló de emoción. Los gritos de alegría, los aplausos y el llanto de los más devotos eran el desahogo de décadas de espera. En ese momento el alma de un país se mostró repleta de alegría, con la certeza de que su siervo había llegado a los altares.

Imagen: Isidro López

Al día siguiente, la gratitud se hizo camino, más de 7.000 personas se convirtieron en un río humano que, incansablemente, caminó más de 17 kilómetros desde Valera hasta Isnotú. Peregrinos de todo el país y el extranjero se unieron a esta marcha sagrada para pedir o agradecer favores concedidos. Con nostalgia reverente miraban al nuevo santo, haciendo colas interminables para ver la ofrenda en su honor. Las homilías, alegres y vibrantes, se sintieron como alimento directo para el alma y el espíritu.

El tricolor que conquistó el Vaticano

En Roma, la Plaza de San Pedro fue testigo de un espectáculo de fe y patriotismo. Más de 80.000 personas, una inmensa mayoría de ellas venezolanas, se congregaron en un evento magnífico y majestuoso.

A las afueras de la Basílica, los tapetes gigantes con las imágenes de los nuevos santos daban la bienvenida, la multitud asistió con las banderas tricolor en alto, con el pecho inflado de orgullo al ver la elevación a los altares de los primeros santos venezolanos. Un día en que un país entero se sintió en la cima del mundo.

Imagen: Juan Andrés Rincón

Con orgullo, emoción y una dulce nostalgia que perdurará por generaciones, ese 19 de octubre se selló como un recuerdo imborrable en cada rincón de cada casa, cada iglesia y, sobre todo, en cada corazón venezolano. Fuimos parte de la historia de la santidad con los mejores representantes que pudimos haber tenido: dos santos que se destacaron por el servicio a los más necesitados.

Noticia Al Dia / Arelys Munda

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