Es una plaza donde se cuenta la historia de amor de Alonso de Ojeda y La india Isabel, princesa del Lago Coquivacoa quien fue la prenda del conquistador y se entregó tanto a él que murió llorando sobre tu tumba.
En Valle Frio, la plaza Alonso de Ojeda tiene al frente el Museo y Parque Recreacional La Guarilla con un excelente muestrario de rocas.
Alonso de Ojeda había sido desmantelada pero el programa de recuperación de estos espacios por parte de la Alcaldía de Maracaibo ha embellecido el lugar traído de vuelta a la Princesa Isabel que había sido robada.
Así cuenta la IA Geminis la historia de amor
La historia de amor de Alonso de Ojeda y una princesa indígena de la región de Coquivacoa, en la actual Venezuela, conocida por los cronistas como la india Isabel o Guaricha (y en algunas fuentes como Palaaira Jinnu).
- El Encuentro: Alonso de Ojeda conoció a esta mujer, hija de un poderoso cacique de Coquivacoa (zona del actual estado Zulia y la península de La Guajira), durante una de sus expediciones a finales del siglo XV o principios del XVI.
- El Matrimonio y el Nombre: La princesa indígena se enamoró de Ojeda y, según las crónicas, le salvó la vida en una ocasión al lograr que su padre acudiera en su auxilio. Tras unirse a él, fue bautizada con el nombre de Isabel, en honor a la Reina Católica.
- Una Unión Inseparable: Se casaron (siendo uno de los primeros casos documentados de mestizaje y matrimonio legítimo entre españoles e indígenas en la región) y tuvieron tres hijos. Isabel se convirtió en su compañera constante, viajando con él incluso a España, sirviendo como intérprete y brindándole apoyo incondicional.
- La Muerte de Ojeda: Alonso de Ojeda murió en 1515 en Santo Domingo. Por voluntad propia, fue enterrado bajo la puerta de entrada de la iglesia del monasterio de San Francisco, pidiendo que todos lo pisaran como penitencia por su vida turbulenta.
- La Muerte por Amor: La leyenda más conocida y trágica cuenta que pocos días después de su entierro, los frailes encontraron a Isabel tendida y muerta sobre la tumba de su esposo, abrazándola. Ella se habría negado a comer y beber, muriendo de tristeza al no querer vivir sin su amado, ni permitir que la muerte los separara.
Esta historia es considerada una de las primeras grandes historias de amor de las Indias y un símbolo del mestizaje fundacional entre el mundo indígena y el español. La figura de la india Isabel (Guaricha) es recordada como un emblema de lealtad y amor eterno.
De hecho, en la Plaza Alonso de Ojeda de Maracaibo, Venezuela, hay un monumento que reproduce el arco de la puerta del monasterio y, debajo, una escultura yacente de la india Isabel, inmortalizando el momento de su muerte sobre la tumba.
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JC