México se ha consolidado como el mayor mercado del juego en Latinoamérica, un sector donde los casinos en línea han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. El acceso generalizado a internet de alta velocidad y la popularización de los smartphones han impulsado a cada vez más mexicanos a participar en esta modalidad de juego. Gracias a este auge, el mercado del juego en México alcanzó un valor de 11.370 millones de dólares el año pasado y se prevé que mantenga una tasa de crecimiento anual compuesto del 15,71 %. No obstante, una nueva propuesta fiscal amenaza con frenar esta expansión. Los operadores de casinos del país han alertado de que un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) del 50 %, aplicable tanto a establecimientos físicos como a plataformas online, podría fomentar el juego ilegal, mermar la recaudación de impuestos y paralizar la inversión en el sector.
El imparable ascenso de los casinos en línea en México
Para entender el contexto actual, es clave analizar el auge de los casinos en línea en el país. Desde la pandemia, esta modalidad de juego se ha convertido en una forma de entretenimiento cada vez más popular. Las plataformas digitales ofrecen la misma emoción que un casino físico, pero con la ventaja de poder jugar desde cualquier lugar y en cualquier momento con solo una conexión a internet. Además, suponen una alternativa de ocio asequible, un factor relevante en un contexto de creciente coste de vida.
Los casinos en línea ponen a disposición de los jugadores una amplia variedad de opciones, como tragaperras, póker, ruleta o blackjack. Sus catálogos suelen ser enormes e incluyen juegos con crupier en vivo para una experiencia más inmersiva. A todo esto se suman robustas medidas de seguridad, pasarelas de pago fiables y generosas bonificaciones.
La polémica propuesta fiscal
El secretario de Hacienda de México, Edgar Amador, ha presentado una propuesta fiscal que podría transformar por completo el sector del juego. La medida contempla aumentar el IEPS del 30 % al 50 %, un gravamen que se sumaría al 30 % de IVA que las empresas ya abonan sobre sus beneficios brutos. Esta iniciativa surge como respuesta directa a los «aranceles de Trump» y, según las previsiones de los analistas, podría generar unos ingresos de 41.000 millones de pesos mexicanos al año. Se trata de una estrategia adoptada en varios países para compensar los déficits presupuestarios derivados de estas tensiones comerciales, aprovechando el crecimiento de los mercados del juego en un momento en que otros sectores enfrentan dificultades.
La industria del juego da la voz de alarma
Aunque recurrir a un sector tan lucrativo para cubrir déficits presupuestarios parece una medida lógica, los operadores de casinos mexicanos advierten que podría tener graves consecuencias. Según alertan, este impuesto podría empujar a los jugadores hacia mercados no regulados que operan sin supervisión y evaden impuestos, lo que, paradójicamente, reduciría la recaudación fiscal y frenaría la inversión.
Los analistas calculan que el 60 % del mercado del juego online en México ya opera en la ilegalidad a través de más de 4.500 sitios web sin licencia. Por ello, los expertos sostienen que la nueva tasa debilitaría a los operadores regulados y fortalecería las redes clandestinas. De aprobarse, el impuesto entraría en vigor el 1 de enero de 2026 y afectaría también a las plataformas de apuestas extranjeras que operan en el país.
El sector del casino online en México se enfrenta a un momento decisivo. Si bien el nuevo impuesto busca contrarrestar los efectos de los «aranceles de Trump» y aliviar el déficit presupuestario, los operadores y expertos advierten que la medida podría ser contraproducente. El temor generalizado es que este gravamen fomente el juego ilegal, lo que a su vez disminuiría los ingresos fiscales y detendría la inversión. El futuro del sector está en el aire, mientras los representantes de los casinos instan a los legisladores a modernizar el marco legal del juego en México antes de implementar cualquier nueva carga fiscal.