Los trinitenses comenzaron a votar este lunes 28 de abril, para elegir a los 41 miembros de la Cámara de Representantes que escogerán al próximo primer ministro del país, sacudido por un crisis económica y de violencia pandillera.
El primer ministro Stuart Young busca conservar el cargo que asumió en marzo pasado tras la renuncia de su antecesor y compañero de partido Keith Rowley, quien gobernó desde 2015 junto al Movimiento Nacional del Pueblo (PNM).
Las encuestan, sin embargo, dan como favorita a la exprimera ministra Kamla Persad-Bissessar (2010-2015) del Congreso Nacional Unido (CNU).
Los cerca de 1,1 millones de trinitenses convocados a votar comenzaron a asistir a los centros electorales desde las 6H00 (10H00 GMT) y la jornada se extenderá hasta las 21H00 (01H00 GMT del martes).
«Todo fue bastante fluido. Bastante fácil, tanto entrar como salir», dijo a la AFP Karn John tras votar en el Cipriani Labour College en Valsayn, en el norte de Trinidad, la más grande de las dos islas que forman parte de este archipiélago ubicado frente a las costas de Venezuela.
En Trinidad y Tobago, una democracia parlamentaria, el modelo de votación es similar al de la antigua potencia colonial británica.
La campaña electoral concluyó la noche del sábado con mítines de los dos principales partidos. Las encuestas atribuyen 47% de la intención de voto para el partido de la exprimera ministra, mientras que para el del actual primer ministro estiman poco más de 30%.
Young, de 50 años y exministro de Energía, se dice confiado en los 10 años de poder de su partido y acusa a su contrincante, de 73 años, de hacer promesas poco realistas.
Conocido por su carnaval y sus playas, este país caribeño anglófono de 1,4 millones de habitantes atraviesa una grave crisis de seguridad y apenas salió el 14 de abril de un estado de emergencia declarado en diciembre de 2024.
Según datos oficiales, en 2024 se registraron cerca de 600 homicidios, muchos de ellos vinculados a bandas criminales.
Trinidad y Tobago es el segundo productor de gas del Caribe y atraviesa un período de recesión económica que esperaba superar con la explotación del campo de gas «Dragón» que comparte con Venezuela.
Pero Estados Unidos revocó en abril el permiso que permitía a Trinidad y Tobago desarrollar el yacimiento en un intento por asfixiar la economía venezolana bajo un esquema de sanciones.
Noticia al Día/AFP