En los ’80 un fantasma terrible azotó al Zulia: El secuestro de niños con trágicos finales. Tres fueron sonados:
Macho González
Dayar Picón
Gabriele De Cándido
Los dos primeros en Maracaibo y el tercero en Cabimas.
El secuestro y asesinato de Macho González se extendió por casi dos años. El 7 de agosto de 1985 el joven Rafael Antonio Macho González, de 15 años, desaparece. Su caso pudo quedar en el olvido, pero su madre Olivia de González no tuvo descanso, movió cielo y tierra hasta que se encontraron los restos de su hijo, porque llegó un momento en esos 23 meses, que presintió la muerte de su pequeño y, entonces, decía que no descansaría hasta que lo encontrara y lo llevara a una tumba para llorar su dolor.
Este plagio desencadenó en los llamados Pozos de la Muerte, donde la figura estelar fue el diputado Luis Hómez.
Para secuestrar al adolescente Macho se juntaron hombres de la peor calaña, liderados por una mente criminal que manipulaba los hechos, Gildardo Escobar, obrero de la finca, quien planificó todo y dio muerte al niño de un disparo en la nuca, el mismo día que se lo llevaron.
La constancia de la señora Olivia queda evidenciada en las ediciones impresas de Panorama. Destacó el trabajo reporteril de Régulo Wayú López, quien no abandonó nunca el tema y se alió con la mamá del joven hasta que lo encontraron en un pozo de una granja a 45 minutos de la vía a La Cañada.
Olivia, con su constancia y fortaleza, removió y conmovió al país. La PTJ comisionó a sus mejores hombres. Se cuenta que vino a Maracaibo un sabueso de los más calificados, el comisario Alexis Bolívar, quien se concentró tanto para enfrentar a Gildardo Escobar que sufrió de un derrame, lesionándole un ojo.
En este reporte elaborado con los materiales hemerográficos recogidos en la Biblioteca Pública del Estado Zulia, María Calcaño, por recortesdejosue, podrán apreciar las reproducciones de esas páginas estremecedoras.
Dayar Alejandro Picón
Muy cercano con la resolución del secuestro del Macho González ocurrió el plagio de Dayar Picón, donde la historia volvía a repetirse: su madre, Rosa Celina Picón, no tuvo paz ni descanso hasta descubrir qué había pasado con su hijo y quiénes eran los implicados.
La PTJ aplicó todo lo que tenía en ese momento. Una banda de policía y hampones secuestraron y asesinaron al chicquillo. ¿La razón? Se dijo que el niño se asomó a un bahareque donde la banda liderada por el Loco Luis planificaba un asalto. Eso fue suficiente para que se ordenara su ejecución, luego, el cadáver lo calcinaron en el horno de una alfarería por Cañada Honda y a los huesos que el fuego no pudo desaparecer le pasaron una máquina y lo trillaron.
Hasta ellos llegó la larga mano de la justicia. Cayeron uno a uno y pagaron por el crimen cometido.
Gabriele De Cándido
Con apenas meses de nacido, el niño Gabriele De Cándido fue raptado. La investigación se alzó con un Cangrejo de Oro. Los hechos ocurrieron en 1982. Un vocero dijo a Panorama que las labores investigativas estuvieron a cargo de funcionarios de la PTJ; sin embargo, el comisario de la vieja Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), Walfredo Caridad, comenta que no se explica cómo en una edición de 2013 de Panorama se cuenta que el secuestro del niño Gabriele De Cándido estuvo en manos de petejotas, cuando él mismo trabajó el caso y descubrió a los autores. "Nosotros no encontramos nunca al bebé", dijo Caridad.
JC
