Desde hace tres años estalló un “volcán” de gas natural en el Golfete de Coro y a la fecha, nadie parece hacerse responsable de este desastre ecológico. El mismo que generó el secuestro de 16 gandolas y el cierre parcial de la Interestatal Falcón-Zulia.
Las parroquias Río Seco y Mitare, pertenecientes al municipio capitalino del estado Falcón, han sido las más afectadas en el curso de estos años, ya que la pesca no es posible en un ambiente altamente contaminado.
El silencio secular de las autoridades ambientales y de la estatal petrolera, motivó, in extremis, la acción de los pobladores de estos sectores pesqueros y vecinales, afectados directamente por la contaminación generada por el poliducto roto a pocos metros bajo el nivel del mar.
Poliducto de mis tormentos
Durante la pandemia, iniciada la cuarentena, los pescadores observaron asombrados como un “volcán” de gases malolientes surgía a borbotones en el Golfete de Coro y nunca jamás se detendría: se había roto el poliducto para el transporte de productos derivados del petróleo; en este caso gas natural.
Tres años después el pueblo entero tomó la drástica medida de retener las gandolas de PDVSA que transitaron por la Falcón-Zulia, capturando 16 y las trasladaron 15 kilómetros, estacionándolas a orillas de la playa.
Noticia al Día / JCG