Desde hace 432 años, San Sebastián es el patrono de esta tierra cálida, a orillas de un extenso lago. Maracaibo honra cada 20 de enero a este mártir de la fe cristiana, cuyo nombre invocaron los misioneros y fundadores, asediados por las flechas de los indígenas, según los relatos compilados por los historiadores.
Ya habían ocurrido las tres fundaciones de Maracaibo: la de Ambrosio Alfínger, el 8 de septiembre de 1529; en 1569, por el capitán Alonso Pacheco, y la del capitán Pedro Maldonado, en 1574.
El 20 de enero de 1591, San Sebastián fue designado patrono de Maracaibo; también lo es de la Arquidiócesis local y de la ciudad de San Cristóbal. Los arqueros, soldados y atletas le tienen como protector.
Sebastián significa digno de respeto y venerable. Así debe ser, ya que defendió la causa de Jesucristo aun a expensas de su propia vida.
¿Quién fue San Sebastián?
Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano, según indica una reseña de ACI Prensa.
Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo.
Fue denunciado ante el emperador Maximino, quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.
Maximino lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos se acercaron y lo encontraron con vida.
Fue llevado a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.
Nuevamente, se presentó ante el Emperador que lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su persecución a los cristianos.
Maximino mandó que lo azotaran hasta morir. Los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.
El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión. En Maracaibo su imagen se encuentra en la Catedral de Maracaibo y, en mayor tamaño, en el Paseo de la Virgen de Chiquinquirá, dando la cara a la iglesia Santa Bárbara.
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Con información de ACI Prensa