El pasado 19 de junio cobró vida el Corpus Christi, es decir, una de las tradiciones culturales más profundas de Venezuela: la danza de los Diablos Danzantes de Yare.
Cada nueve jueves después del Jueves Santo salen los Diablos Danzantes. Esta actividad puede cambiar de fecha cada año, se espera que para el 2026 se celebre el 4 de junio.
Aunque San Francisco de Yare es el referente, esta tradición se extiende por varias regiones del país, una hermandad que mantienen sus particularidades, pero unidas por la misma promesa y devoción. Los estados donde también se manifiesta la danza de los Diablos Danzantes son:
- Aragua: En Cata, Cuyagua, Chuao, Ocumare de la Costa y Turiamo.
- Carabobo: En Patanemo y San Millán.
- Cojedes: En Tinaquillo.
- Guárico: Específicamente en San Rafael de Orituco.
- La Guaira: En Naiguatá.
Tiene 276 años de historia, esta costumbre es un festival lleno de fe y color, que ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2012.
Devoción y vestimenta
La danza empieza con una promesa hecha por un sacerdote, quien, al ver la escasez de feligreses para cargar el Santísimo Sacramento, proclamó: "¡Si no hay creyentes, que vengan los diablos! ", así nació la tradición de honrar a Cristo.
La danza es la representación de la continua batalla entre el Dios (El bien) y el Diablo (El mal), en la que los diablos, a pesar de su apariencia, se rinden humildemente ante la Eucaristía, reflejando la fuerte fe católica de la comunidad.
Los Diablos se caracterizan por su jerarquía, la cual es evidente en sus atuendos y máscaras. El Primer Capataz lleva la máscara más elaborada, seguido por el Segundo Capataz, los Arreadores que velan por el orden, y los muchos Diablos Rasos.

Todos usan trajes rojos decorados con símbolos religiosos como cruces y escapularios, además de máscaras de papel maché que presentan expresiones grotescas y colores brillantes, realmente obras de arte popular.
Una danza conmovedora
Todo inicia una noche antes con una vigilia, el día del Corpus Christi, los diablos recorren el pueblo al compás de maracas, cencerros y tambores, visitando las casas y aceptando ofrendas. El instante más conmovedor sucede frente a la iglesia, donde se enfrentan de manera simbólica al Santísimo Sacramento.
Cuando la Custodia aparece, los diablos se arrodillan y retroceden, mostrando su sumisión y respeto, confirmando que la fe es la fuerza que sostiene su promesa. La danza se cierra al caer la noche con una última reverencia.
Una tradición
Los Diablos Danzantes de Yare son más que una simple danza; son un componente esencial de la identidad venezolana.

Esta tradición se pasa de generación en generación, asegurando su continuidad y vitalidad. Representa una conmovedora evidencia de cómo la fe y las tradiciones ancestrales se entrelazan, brindando un espectáculo singular que conecta con la historia, la espiritualidad y el inquebrantable espíritu de Venezuela.
Noticia al Día
Pasante: Genassir León