En el santoral católico, el 12 de junio está marcado como la festividad de San Onofre, santo que goza de una amplia devoción en tierras venezolanas. La tradición versa que se convirtió en un ermitaño y se dedicó a la meditación y la oración.
Es conocido como el patrono del trabajo y los desempleados y por ello aquellos devotos que están en busca de un empleo suelen rezarle una oración especial, para que les conduzca hacia el trabajo deseado; mientras que aquellos que ya lo han obtenido agradecen y ruegan su ayuda para conservarlo.
La historia de San Onofre se conoce como uno de los mejores ejemplos de amor a Dios y rechazo a la riqueza monetaria. Nacido príncipe, creció lleno de comodidades en la actual Etiopía pero un día cuando vio la pobreza y los padecimientos que vivía el resto de la gente, decidió renunciar a la fortuna y al trono.
Nacido en la actual Etiopía, era hijo de un príncipe. Vivió su niñez y parte de su adolescencia en un monasterio de Hermópolis de la Tebaida Egipcíaca. Onofre permanecía alejado de las realidades de su pueblo, hasta que un día decidió explorar fuera de sus paredes, donde se consiguió con la pobreza y las necesidades de los ciudadanos.
En Venezuela existe una fuerte devoción por el sagrado y son varios los templos en diferentes ciudades del país donde le realizan ofrendas en su honor.