Viernes 02 de mayo de 2025
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La novia que esperó para siempre: el origen de ‘Mirando pa’ San Felipe’

¿Tendrá relación la frase "Vestida y alborotada con esta expresión popular…?

La novia que esperó para siempre: el origen de ‘Mirando pa’ San Felipe’
Foto: Maracaibo Vos
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En el corazón del habla popular maracaibera hay expresiones que, aunque parezcan simples, encierran historias profundas, cargadas de simbolismo y dolor. Tal es el caso de “Mirando pa’ San Felipe”, una frase que ha atravesado generaciones sin que sepamos con certeza de dónde proviene, pero que todos, en algún momento, hemos escuchado o incluso dicho.

Según Maracaibo Vos, el escritor José Domingo Medrano ya la mencionaba en 1883 en su obra "Apuntaciones para la crítica sobre el lenguaje maracaibero", reconociendo su arraigo en el habla de la ciudad, aunque admitía que su origen era desconocido. Y es que así es el imaginario colectivo: un tejido entre lo real y lo imaginario, donde los mitos y los símbolos cobran vida y se funden con la identidad de un pueblo.

Uno de los relatos más conocidos que se asocia a esta expresión tiene como protagonista a la saladillera Elvira de Jesús García Villalobos. Cuentan que, en la plenitud de su juventud, se vistió de novia y se preparó para su boda con entusiasmo. Sin embargo, su prometido jamás llegó al altar. Desde entonces, Elvira pasaba largas horas asomada a la ventana de su casa, mirando hacia la iglesia San Felipe Neri, con la esperanza de ver aparecer al hombre que la dejó esperando para siempre.

“Mirando pa’ San Felipe” pasó entonces a simbolizar esa espera dolorosa, esa esperanza que se aferra a lo imposible. En el lenguaje cotidiano, se utiliza para describir a alguien que espera algo que probablemente no llegará, o que permanece en un estado de anhelo detenido en el tiempo. Según algunos zulianos, esta expresión también hace referencia a aquellas promesas no cumplidas, a esos momentos en los que uno queda esperando algo que nunca llega, ya sea una visita, un favor o incluso una oportunidad que se desvaneció en el aire.

Maracaibo, con su cielo ardiente y su gente de carácter, está repleta de estas historias que casi nadie sabe dónde comienzan ni dónde terminan. Leyendas urbanas que se cuentan de boca en boca, que se pierden y se reinventan en cada esquina, en cada corredor, en cada plaza. Porque en esta ciudad del sol ardiente y el alma dulce, la línea entre mito y realidad no está del todo clara, y quizá no haga falta que lo esté.

Después de todo, hay verdades que solo el corazón del pueblo sabe, y que solo pueden decirse con frases como esa: mirando pa’ San Felipe… con la mirada perdida entre la fe, la nostalgia y el recuerdo.

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