Diagnosticada con el síndrome de Otelo, controlaba cada movimiento de su esposo y lo sometía a un detector de mentiras cada vez que salía de casa.
En Leicester, Reino Unido, una mujer llamada Debbi Wood fue catalogada por la prensa británica como la mujer más celosa del mundo. Su historia se volvió viral luego de conocerse que obligaba a su pareja, Steve Wood, a someterse a un polígrafo cada vez que regresaba del trabajo o de hacer cualquier diligencia fuera de casa.
Debbi sufría lo que los especialistas denominan síndrome de Otelo, un trastorno psiquiátrico poco común caracterizado por celos delirantes y la convicción infundada de que la pareja está siendo infiel.
Su rutina incluía revisar el teléfono móvil, las redes sociales, los correos electrónicos y hasta los movimientos bancarios de Steve. También bloqueaba en la televisión los programas o anuncios donde aparecieran mujeres, para evitar que él tuviera tentaciones.
“Cuando tenés un buen hombre, no podés dejarlo ir”, aseguró Debbi en una entrevista con medios británicos.
A pesar de las conductas extremas, Steve nunca abandonó la relación. Según él, comprendió que su esposa atravesaba una enfermedad y decidió apoyarla. “Ella es mi alma gemela”, afirmó.
En 2014, la pareja finalmente contrajo matrimonio, consolidando una relación que para muchos parecía imposible. Su historia ha sido analizada por psicólogos y expertos en comportamiento humano como un ejemplo de cómo los celos patológicos pueden transformar por completo la dinámica de pareja.
Entre el amor y el control
El caso de Debbi Wood abrió un debate sobre los límites entre el amor y el control. Aunque algunos lo consideran un ejemplo de toxicidad, otros destacan la comprensión y compromiso que mostró su esposo frente a una condición mental seria.
Hoy, su historia sigue circulando en redes sociales y medios digitales como una de las más curiosas y controversiales sobre relaciones de pareja.
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