Para la Iglesia católica es el segundo día de la Semana Santa, que recuerda la expulsión que hizo Jesús de los mercaderes que ocupaban el templo de Jerusalén. En este día, los católicos continúan con la celebración habitual de las misas, sin ningún tipo de festejo en particular, a diferencia del Jueves, Viernes, Sábado y Domingo santos, cuando se practican varios cultos de carácter oficial y público.
La Semana Santa es un período lleno de significado en la fe cristiana, marcado por la conmemoración de los últimos días de Jesucristo antes de su crucifixión y resurrección. Cada día de esta semana tiene una importancia única, reflejando diferentes aspectos de la pasión de Cristo.
Lunes santo, que este año coincide con el 25 de marzo, no se celebran festividades particulares como en otros días de la Semana Santa. A pesar de su importancia histórica, la Iglesia no programa misas especiales para este día, sino que continúa con sus servicios habituales preparándose para los eventos que seguirán durante la semana.
El evangelio de San Mateo reseña que Cristo pronunció: "Mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. Luego procedió a expulsar a los mercaderes del templo de Jerusalén.
Para esta fecha la Iglesia conmemora la unción de Jesús en casa de Lázaro, que se llevó a cabo en el hogar de María, Marta y Lázaro, tres hermanos que vivían en Betania, donde fue “la última casa acogedora” de Cristo, según lo descrito en el evangelio de San Juan.
El título Lunes de Autoridad, concedido al segundo día de la Semana Santa, tiene su origen en esta tradición que, aunque un poco olvidada, vale la pena conocer o rescatar. En esa misma línea, los dos días restantes entre el Domingo de Ramos y el Triduo Pascual tienen también su propio nombre o tema, a través del cual se puede profundizar más en los misterios de la Semana Mayor o acompañar más de cerca a Jesús.
Noticia al Día / Aciprensa