Marucha Boscán, de Señoras de Maracaibo, tuvo los honores de ser la presentadora. Ella, como una madre con sus hijos, los fue sacando del bolsillo de su bata de casa, contenta por compartir lo que sería una experiencia inigualable. El chiste a flor de labios y la impertinencia vecinal y brollera fueron matizados por una insospechada ternura maternal y ella, muy ella, le dio permiso a la noche, para que ésta comenzara.
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La apertura armónica de un cuatro sazonado con circuitos de pura tecnología musical, sorprendió a los sentidos bañándolos con luces rojas, azules, violetas… La puesta en escena de un Frontierizo impresionante, fue el preludio a un espectáculo tropicalmente divino y que, literalmente, estuvo “… hasta las metras”.
Enrique Rincón, empotrado en Deimon, mezcló su rock progresivo, setentoso, pulido en el nuevo milenio, gracias al compás de la música étnica venezolana.
Música y de la buena
Con las ráfagas de viento abanicadas por la manta wayúu de una inesperada yonna, Frontierizo nos llevó al borde de todo, reforzando la importancia de la creación artística, sonando pegaditas al drum and bass y el pop. Fue una vibrante exposición de gran madurez musical.
No habiéndose recuperado aun de las sorpresas de entrada, los asistentes sintieron el rigor de la guaracha con cumbia, de la gaita con el jazz y del golpe y la sabrosura de los muchachos de la banda súper maracucha, Sopa, Seco y Jugo.
Los chicos, muy en su ley, se colgaron del chinchorro king size y sin esperar en nada, los designios de Dollar Today, la emprendieron en una de bonche y diversión, moviendo la escena con sus invitados especiales. Y allí estuvieron, con sus manos, dedos, pulmones y miradas, José Lorenzo Jansen (el gran Pachín) en la batería, Miguel Iriarte en la guitarra, Santiago Millán en la flauta y Lendys Solarte con un sorprendente repique de chimbanguele que cimbró nuestro nacimiento como raza cósmica y latinoamericana. La telúrica mesa estaba servida.
Particularmente, fue una grata sorpresa cuando aparecieron Ángel Chacín, José Cardozo, Guaicaipuro Noriega -con bastón incluido-, Guillermo “Memo” Leal y Marcos Reyes de DatexMuerto.
Al entrar en escena, no hubo vuelta atrás y la noche se volcó en la alegría contagiosa, feliz de estos jóvenes artistas zulianos, quienes llenaron todo en los espacios de Caribe Concert, haciendo retroceder el marullo lacustre del Coquivacoa, puenteando con todas las costas de todas las ciudades-puerto del mundo. Una experiencia de música total repleta de punk, post punk y jazz… hasta las metras y maravilloso.
Noticia al Día / JCG