Tampico es un lugar de Maracaibo ideal para conversar. Vivero y café armoniosos con una impecable atención. Allí sostuvimos la animada tertulia con el guionista de Venite pa’ Maracaibo, Amilcar Briceño, músico, cantor, escritor, poeta, encantador y Gustavo Briceño, periodista y constructor de ideas para hacerse rico en dos días y para salvar el mundo.
¿Tema?, uno y varios al mismo tiempo: Venite pa´ Maracaibo, la película dirigida por Carlos Daniel Alvarado como un homenaje a su padre el actor de 18 kilates, Daniel Alvarado, zuliano, gaitero, "en el amor audaz, buen amigo y parrandero"-
Amilcar evoca y se va solito narrando los recuerdos:
"A principio de los ochenta conocí a Gustavo Briceño con quien fundé la banda de rock “Viento y cenizas” que tuvo un éxito breve pero contundente, fue en esa banda donde hicimos más que una amistad una hermandad y mi afinidad con su familia fue profunda con su madre, con sus hermanos y con su tío Daniel Alvarado el exitoso actor de televisión y cine, así fui como adoptado por esa familia que es la mía desde hace más de 40 años.
En una oportunidad viajábamos en mi auto hacia Valencia los tres: Daniel, Gustavo y yo, fue una de las tantas veces que salimos y vaya que disfrutábamos tres maracuchos en el centro del país, echando chistes y cantando.
Al regreso de ese viaje dejamos a Daniel en su casa y nos regresamos, fue cuando le hable a Gustavo de una inquietud para rendirle un gran homenaje a aquel gigante de la gaita y de la actuación en Venezuela, pasaron varias ideas por nuestra mente, un festival gaitero, algunos conciertos por el país y fue cuando le hable de dedicarle una película; aquello era una quijotada, dos músicos que alguna vez formaron una banda, atrevernos a hacer una película, ese no era nuestro mundo, pero era el mundo de Daniel (Tío Deinny) por lo tanto la idea no era tan descabellada, era cuestión de crear una historia en la que estuviese identificado el negrito fullero.
Allí comenzó la historia de Ladi (Eladio Morillo) un maracucho que soñaba con ser actor y dejó todo atrás para ir a Caracas a probar fortuna en el arte dramático, dejando atrás a su madre y una hermana embarazada, transcurrieron varios años y Eladio Morillo no pudo alcanzar su sueño de ser un gran actor, pero amaba tanto la actuación que para no apartarse de su sueño busco trabajo en una estación de televisión donde trabajó como personal de mantenimiento por muchos años en los que solo tenía contacto con su hermana y su sobrina por medio de internet.
Transcurridos unos 15 o 16 años recibió un mensaje de su hermana en el que le comunicaba que tenía que viajar a Colombia para tratar de obtener parte de una herencia y le pedía a Eladio que viniese a Maracaibo a encargarse de su hija Arianni mientras resolvía en Colombia el asunto del dinero; allí empezó todo el embrollo en el que se ve envuelto Eladio Morillo y el modo en el que resolvía todo solo con la actuación.
Esa historia la comencé a escribir en el año 2015 y la terminé en el 2018 luego le hice la propuesta a Carlos Daniel Alvarado y a él le gusto tanto la idea que comenzamos a trabajar de inmediato en el guion de la historia para cine, Carlos Daniel profundamente conocedor del mundo del cine y la televisión se encargó de hacer el guion en el cual tuve una modesta participación colaborando activamente, fue Carlos Daniel quién sugirió la idea de cambiarle el nombre original que yo le había puesto a la película que era “Ladi” por el de “Venite pa Maracaibo” y me pareció fantástico porque ese nombre lograría una inmediata conexión del publico marabino en el país y en todo el mundo.
A modo de anécdota tengo que decir que Gustavo Briceño tuvo una participación importante creando las situaciones de la joya de Catalina la bachaquera y la chupada que el mafioso Eleazar Cortez le hico a la concha de cangrejo. Es indescriptible cada momento de esa creación porque reíamos hasta llorar y reventarnos con esas ocurrencias de Gustavo.
Con Carlos Daniel Alvarado la comunicación era constante casi a diario mientras se elaboraba el guion de igual modo nos reíamos muchísimo con cada situación, Carlo Daniel se cargó en sus hombros la responsabilidad de toda la dirección, la consecución de recursos, el casting y todo el Lobby en Caracas, fue un trabajo colosal, ciclópeo, sobrehumano, pero lleno de amor y pasión por la película en la que durante el rodaje hubo risas y lágrimas, es una película hecha con espíritu, alma y corazón, por eso estoy absolutamente persuadido de que esa obra trascenderá el tiempo y el espacio, porque quien la vea se conectará y se identificará de inmediato con los personajes tan cotidianos y comunes en nuestro día a día, empatizará con los sufrimientos y las luchas de Eladio y otros personajes, quien jamás abandonó la fe, la esperanza y el amor.
Continuamos trabajando y creando varios proyectos que están en ciernes listos para ser llevados a la pantalla grande o chica, llevando emociones y motivación a la gente."
Sobre la mesa como centro una miniatura de Ave del Paraíso con una flor. Dos hombres satisfechos con el logro, felices de haber cumplido con Daniel y con la ciudad.
Por estos días se cumplen 20 años de la canción "Febrero y abriles" una trova al estilo de Pablo Milanés que acercó a Amilcar Briceño a la revolución donde sus ideas han cobrado fuerzas. Es un escritor sin ínfulas, busca las historias sencillas, es un narrador de teatro y, ahora descubriendo, su faceta como guionista.
Como pez en el agua
Gustavo Briceño es un conversador. Le encanta contar grandes mentiras a sus amigos disfrutando de verles las caras cuando le han creído, así entonces, si te encuentras a Gustavo en una panadería, en el centro comenrcial y le comentas que lo ves mas delgado podría contarte la fantástica historia de cuando se le fue un motor de su avión Falcon cayendo sobre un tepuy en Guayana, te convence con detalles como el erizar de los vellos, las mariposas gigantes, el verdor y el aullido del jaguar. Es un mentiroso apasionado y elocuente. Esa es una característica de la zulianidad, no es por demás que aqui nacieron Roñoquero y Mamble, Chevoche y Cebolla embusteros de estirpe.
Gustavo ha encontrado como libretista su ambiente ideal. Está como pez en el agua porque el cine en gran parte es eso: ficción, mentiras bien contadas. Una historia real al llevarla a la pantalla se convierte en cine, en película.
Amilcar y Gustado siguen asociados en busca de nuevos retos, nuevos cuentos que llevar a la gran pantalla a la espera del afecto del público.
Venite pa’ Maracaibo está cerca de ser premiada como Ópera prima. ¡Exitos!
JC