Sábado 08 de febrero de 2025
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Francisco Verde: ofrenda y virtud

La inauguración, el domingo pasado, de la exposición del artista Francisco Verde, en el Centro de Bellas Artes Ateneo de…

Francisco Verde: ofrenda y virtud
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La inauguración, el domingo pasado, de la exposición del artista Francisco Verde, en el Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo, significó una fresquísima bocanada de aliento para el movimiento de las artes visuales en la ciudad. 27 obras signan y persignan un esmerado discurso sobre la santidad desde la perspectiva del martirio y la ofrenda. Una manera de ejercer el cabal sentido de la oración como pretexto esperanzador que estará dispuesta hasta el viernes 13 de octubre, en la sala Oscar D´Empaire. La obra de un artista que (de) construye su propio discurso creador con el mismo temperamento de los antiguos demiurgos. Noticia al Día consignó a sus colaboradores habituales, Gustavo Baüer y Alexis Blanco, para reseñar este importante encuentro del público con dos de los nuevos maestros del oficio plástico en la ciudad. Disfrutemos….

La exposición de Francisco Verde no pretende ser una exhibición de arte religioso, aunque los valores semánticos y semiológicos que la configuran resulta de una íntima visión del artista en relación con la naturaleza de su credo personal. Recordábamos, el domingo pasado, junto con el propio artista, feliz y emocionado con el respaldo masivo de un público entusiasta que no cesó de alabar y ponderar su estética. La idea de que “la palabra arte proviene de un antiguo vocablo de origen prehelénico ("artao") que significa "aquello que se debe juntar o unir" o "algo que une"…”, nos acompañó durante buena parte del recorrido por ese magnífico dispositivo museográfico organizado por Lucrecia Arbeláez, directora del Museo Rafael Urdaneta, y el talentoso Tito Güerere, del team CBA, más la colaboración importantísima del doctor en Teología Ian Carlos Torres, quien escribió un texto que ilustra con lucidez y encanto las claves por las que Verde pasea sus poderosas piezas artísticas. Dolor y escarnio como tesis de redención posible.

CUERPO Y TESTIMONIO condensa el sentido que orienta una búsqueda incansable por parte del artista, vinculado con algunas ideas que nosotros releemos como “ejercicios de santidad”. Es decir: el artista intenta guiar a su espectador por senderos iluminados de redención y reflexión sobre la naturaleza de ascesis que caracteriza una visión del arte bizantino y que en la actualidad cobra una vigencia absoluta.

Escribe el doctor Torres que la obra de Verde está instigada por sendos conceptos muy potentes dentro de la teología (intelectual hermana del arte): La corporeidad y el martirio, entendido éste último concepto como un testimonio de la fe Cita al maestro Amedeo Modigliani para enfocar la dimensión estética según la cual Verde asume el cuerpo humano como ese centro clave de la palabra. Verbo y carne, leerán los exégetas en el Antiguo Testamento. Luego, el teólogo citará a tres gloriosos mártires de la Cristiandad, como lo son Santa Lucía, San Juan Bautista y San Sebastián, como epítomes de esa vocación del artista formado en Florencia para exponer su visión sagrada del oficio.

Durante la sencilla ceremonia de apertura, tanto de la muestra de Francisco Verde, como la de Miguel Peña, la versátil y talentosa colega Mexy de Donato, resaltaría que, en Cuerpo y Testimonio, intervienen institucionalmente tanto el Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo, la Alianza Francesa de Maracaibo, Marquetería 2 Paletas y Punto y seguido Servicios Educativos. Una formidable alianza que revela cómo van evolucionando las cosas en el sector cultural de la ciudad para ir desarrollando estas concertaciones públicas de arte por y para la gente, digo, para el crecimiento cívico de las personas.

Porque el Bellas Artes se llenó el domingo de gente tan bonita, inteligente y de finos modales, todos integrados a esa suerte de mágica liturgia que las obras de Francisco Verde logran con impacto visual exquisito y conmovedor. Nunca el sacrificio cristiano encontraría mayor sentido y rigor. El arte suele ser también patético y lo importante siempre será este nivel de plena honestidad y virtud creativa que caracteriza el trabajo del muchacho formado en la academia de artes de Florencia. Un tipo con una generosidad sin límites, la cual recordamos cuando, junto con Rafael Andrade, en Santa Frida, abrieron una escuela-taller para que los jóvenes artistas acudiesen a hacerse mejores.
El arte es un ir, decían, en intercambio de cartas, los poetas Juan Calzadilla y Hugo Figueroa Brett, sendos santos de mi devoción plena. Otro santo poeta que, con el favor de Dios, será nuestro primer Premio Nobel de Literatura, Rafael Cadenas, nos susurraba, mientras miraba a Dina: “Después de escribir Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística, el azar puso en mis manos un libro: El nuevo rostro de Dios (Madrid: Editorial Temas de Hoy, 1989), de Enrique Miret Magdalena, que podría ser revelador especialmente para católicos de mente amplia, que se atrevan a pensar, dado que la óptica de su autor, también católico, crítica (…) Gabriel Marcel, sostenía que “cuando se habla de Dios hemos de darnos cuenta que de lo que hablamos no es de Dios, pues éste escapa a nuestras palabras (…) Dios tiene que estar fuera de todas las categorías porque éstas pretenden un imposible: encerrar en ellas el infinito (…) Por eso los místicos católicos hablaban de la «nada» de Dios, porque Dios no tiene esencia ni atributos. (p. 52)..”.

Quiero decir que, mientras buscaba dónde y qué hacía mi hijo Dylan, la imaginación fortalecía mis ímpetus de gloria. Así, jugando con Mario Labarca, y agradeciendo a Carlitos Romero su inmortal gentileza de su pequeña grandiosa escultura, mientras me regocijaba con los movimientos cazadores de Baüer, Alejandro Vásquez, Beto Frangieh o la insuperable Diana cazadora, la visión deificada de Verde continuaba estimulando mis sienes trémulas:

La voz de párroco de esta aldea tropical llamada Venezuela, sigo en mi nota con Cadenas para honrar a Verde: “Hemos de centrar nuestro amor más profundo en la experiencia de lo divino y no exclusivamente en la figura humana de Jesús, poniendo en ello nuestro centro absoluto de aprecio (…) Hemos de trascender el amor sano que sentimos hacia la figura de Jesús elevándolo hacia el amor mismo, que es lo que resulta ser Dios. Porque el último fin de nuestro amor religioso se dirige a ese fundamento que trasciende toda concreción sensible: al envolvente, al englobante, como lo describe el filósofo Jaspers…”.

Es Cadenas quien me invita otro trago de sangría con chinotto y soy yo quien intenta comprender al mundo desde mi propia imagen de Dios, que resulta ser tan parecida al autor del libro En torno al lenguaje y que me viene muy bien para encontrar una línea común de ascesis entre Miguel Peña y Francisco Verde, quienes, desde sus respectivas visiones y posturas ontológicas y religiosas, coinciden totalmente: “…En el yoga se trata de…”pacificar y cuasi vaciar la mente… En el budismo Zen, «no se debe meditar sobre un tema; el objeto de toda meditación es el no-pensamiento». Y en el hesicasmo cristiano se pretende conseguir la experiencia de «el silencio», un estado en el cual cesa todo lo que es una oración… Únicamente en ese silencio total se manifiesta la presencia del innominable y el impensable, sin imágenes, ni ideas, ni éxtasis, ni sentimientos almibarados, sino en la experiencia de liberación de nuestros complejos, que algunos han llamado la experiencia del «desierto», pero que no es ni árida ni triste, sino que produce una fuerte impresión de belleza desnuda…A esta experiencia los alumbrados la llamaban el “dexamiento”…”.

Por ahora pueden asistir, en familia, en grupos de familia o de credo, al Bellas Artes y darse un baño de estas benditas telas de dos artistas que parecen dos nobles monjes estéticos, buscando, trabajando, haciendo arte en términos concretos. Todos parecían estar tan felices, arriba y abajo, en una dicotomía esclarecida de lo que el gran arte nos tienen guardados para próximas fechas. No vayan a dejar de ir a ver estas maravillas. A lo mejor coincidimos y así, podremos seguir hablando de arte y creencia, de ser y renacer…

Cierro con Cadenas: “Hacia una revolución del corazón. Esta será la revolución fundamental y de ella saldrá todo lo demás. A propósito, recuerdo unas palabras de Santa Teresa: “El aprovechamiento del alma no está en pensar mucho sino en amar mucho”.


¡Salud!

Alexis Ramón Blanco

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