Maracaibo amanece conmovida por la noticia, comunicada por su propia familia, de un gran intelectual de la espiritualidad proactiva, como lo fue Kaled Yorde.
Alexis Blanco escribe en exclusiva para Noticia Al Día una reseña de quien legó once obras fundamentales para estudiar todos los temas vinculados con los orígenes teóricos y prácticos de la filosofía y la religión en nuestra era. Paz a su alma.
KALED YORDE…Temprano he sabido que el alma de mi gran amigo y mentor espiritual de hace tres décadas atrás, trascendió al mundo morado. Su hijo Tarek escribió en estas mismas páginas facebook la triste noticia.
Y entonces la memoria activó mi tristeza y así regresé a mi estación de trabajo en Panorama, diario que contaba con él como uno de sus articulistas de lujo. Un día quiso saber quién era ese periodista que citaba a Buda, Cristo, Krishna y Alá, como si estuviera cocinando un sancocho sabroso para intentar explicar la importancia de enseñar valores en la educación venezolana.
Y entonces me llamó para invitarme a tomar un café en su oficina de Cinco de Julio. Previo a la cita me leí su libro El Enviado, lo cual transformó la conversación en una agradabilísima conversación sobre la filosofía y la religión desde todos los puntos de vista.
Resultará obvio decir que mi precoz pensamiento estaba muy influenciado por el marxismo y otras fuentes muy vinculadas al existencialismo predominante en aquellos comienzos de los 70.s, cuestión que generó en Kaled una profunda terneza.
Kaled emprendió una cátedra hecha amistad que me guió por caminos espirituales magistrales. Quizás mi temperamento, e incluso mi crasa tendencia a encostrar mi ignorancia (la sabiduría verdadera es un efecto, nunca una causa, me dijo).
Por aquellos años sentía que mis únicas y verdaderas fuentes de conocimiento provenían del rock, en especial el sinfónico, por lo cual no le resultó extraño a Kaled que siempre tuviese para él preguntas vinculadas, por ejemplo, a Osho, así como al gurú que transformó el pensamiento ético de, entre otros, a Los Beatles y a Carlos Santana.
El autor de Cadenas del Alma, la Síntesis para la sabiduría espiritual o de Detrás del velo de la muerte, escuchaba con atención aquellas ideas transmutadas en enigmas, es decir, en chispas para encender las hogueras más altas, como diría mi paisano Adriano González León.
Porque Kaled Yorde sabía escuchar y, en consecuencia, conocía los secretos de la magia de iluminar el alma, que digo, la conciencia bien educada:
-Planean tatuarnos los apegos a las cosas y los valores intrascendentes. En cambio, los valores que son trascendentales, los verdaderos, a esos valores no le prestamos atención, prestamos atención a las vanidades y nos apegamos a las cosas del mundo material y cuando perdemos algo nos ponemos apáticos.
El 21 de septiembre de 2020, Kaled Yorde cumplió 80 años. Ese lunes, Tarek honró a su bienamado padre, Kaled: “Una vida larga y útil.
50 años trabajando para levantar una familia con valores, honestidad y sacrificio…De él aprendí el amor por las letras y los libros, la responsabilidad, el cuidado del honor y la credibilidad.
Necesito otros 80 años para poder pagarle todos los esfuerzos que hizo para darnos educación, alimento, techo y experiencias…Hoy celebro a la distancia su legado. Su huella quedó en sus 11 libros y miles de artículos de opinión publicados en los diarios del Zulia.
Desde su conocida columna "La Otra Cara de la Moneda" hasta sus últimas publicaciones y colaboraciones que aún circulan en portales digitales.”.
Sabemos que, dada su tenacidad e ímpetu intelectual, aún en el rigor extremo de cualquier padecimiento, Kaled Yorde habría tenido tiempo de instigarnos a pensar:
“Según el místico y filósofo hindú, Jiddu Krishnamurti, de fama y admiración mundial, tomado de su super best seller por más de 60 años, denominado A LOS PIES DEL MAESTRO, acota lo siguiente: «Entras tú al sendero porque has aprendido que solamente en él pueden encontrarse cosas que merecen ser alcanzadas. Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero éstas duran a lo sumo una sola vida; por lo tanto, son irreales. Hay cosas más grandes que esas; cosas que son reales y perdurables; y una vez descubiertas se extingue el deseo por las otras.»
Los hacedores de guerras que cometen terribles crímenes contra la Ley del Amor ( No matarás, no violaras, no cometerás fraude, acciones abominables, etc.), con seguridad nunca se habrán leído este pensamiento de Krishnamurti; mucho menos habrán escuchado hablar de esta perla invalorable del Divino Maestro Jesús que dice: «Busca primero el reino de Dios y su Justicia y lo demás se te dará por añadidura!» (Mateo 6: 33).”.
Ese será siempre el Kaled que aprendí a acuñar y a proteger dentro de mí. Y fueron mucho más grandes las discusiones acerca de, por ejemplo, los intríngulis de la causa de los palestinos (con otro inolvidable pana, el actor Orlando Atique Flefil eran conversaciones irreconciliables a veces), que sus análisis exhaustivo sobre el chavismo y sus tendencias demagógicas y populistas (“mediocridad sembrada y contradictoria por naturaleza”, escribiría). De tal manera (“estáis imitando a Uslar con esa muletilla”, me escribía, a modo de guiño) que ahora mismo la mejor manera de honrar a Kaled Yorde sería a través de la pública deliberación de sus once libros.
Pero, ojo, no a modo de autoayuda o como esas pamplinas “paolocoelhistas” que por ahí abundan hoy día, sino con la convicción de que la ciencia y el arte, digo, el pensamiento trascendental tiene que integrar los pensa de estudios en las escuelas y que, al igual que en las antiguas civilizaciones, supongamos, Los Vedas o los Mayas y Aztecas, el tema de la muerte se estudia con la bondad de las nuevas herramientas tecnológicas. Sobre la muerte escribió Kaled Yorde, como ayudándonos a jamás temerla:
“Ha llegado el momento de liberarse de todo temor y angustia frente a la muerte. Su misterio, develado por la ciencia iniciática desde hace milenios, es ahora explicado por místicos, escritores metafísicos y ocultistas, con el objeto de despertar la consciencia del hombre, volviéndose hacia Dios.
En Detrás del velo de la muerte, Kaled Yorde nos enseña a cabalidad lo que ocurre al alma después de esta vida, conocimientos que sin duda evitarán tropiezos, sorpresas desagradables y grandes pesares en el más allá y en futuras reencarnaciones.
Detrás del velo de la muerte constituye una guía para afrontar el fenómeno de la muerte y de las sucesivas etapas por las que el alma pasa en el más allá. Nos muestra qué actitudes deben asumir los seres queridos del difunto, para una feliz y rápida transición entre la vida material y la vida etérica…”.
La reencarnación será otro tema. Pero por ahora unámonos al duelo de la familia Yorde.
Oración
Memoria
Silencio
Descanse en paz
Kaled era un noble maestro notable
Le recordaremos en sus once libros siempre leídos…