-Pocas veces se acuerda de sí misma y parece no esperar ya nada en la vida. Dedica su tiempo a criar sus gatos callejeros que le lanzan desde carros en marcha, mientras que otros que se los llevan en bolsas, recién nacidos, y hay quién se los dona porque ya no los pueden tener en casa.
Una vida inhóspita entre felinos, en plena calle, donde unos días pasan hambre y otros se aferra a la caridad pública.
Ana Margarita Román de 73 años buscó refugio con sus 73 gatos por toda Maracaibo, después de perder su casa que le dejó su madre antes de morir.
La antigua Cárcel Pública de Maracaibo conocida como el “Retén de Bella Vista”, con su estilo egipcio, que le aporta a la urbe un aire surrealista con una historia de momentos penitenciarios, fue el espacio que la abuela escogió y ocupa hoy en su parte frontal con una cama y muebles, desde hace dos años, para terminar de pasar los últimos días acobijando a sus "mininos".
Las condiciones de hacinamiento con graves problemas sanitarios y las constantes fugas de prisioneros, llevaron a que en el año 1894 el presidente de entonces del estado Zulia, Jesús Muñoz Tébar, ordenara la construcción de una nueva y moderna cárcel.
La estructura está en pie y sigue siendo, fuera de lo común, una fortaleza inspirada en las necrópolis del valle del Nilo hace más de cien años, ícono de la zulianidad. Es aquí donde habita, en su parte exterior, esta anciana marabina en completo estado de abandono, en precarias condiciones sanitarias.
Conversamos con ella y se nota aún lúcida. "Yo vivía en Haticos por arriba, en la casa de mi madre. Ella se murió y mi hermano Atilio Soto Román la vendió y me vine para acá. Una señora me ayuda y me trae comida para mi y para los gatos", comentó.
Dice sentirse bien a pesar del estado en que vive. Cuando la visitamos nos invitó a sentarnos en unos destartalados muebles "tapizados" de gatos de distintos tamaños y colores que ella espanta cuando llega una visita. "Yo los cuido, son mis compañeros desde hace años, y muchas personas generosas me les traen comida: "Quisiera que alguien se encargara de ellos, pero que no los dejen morir", señaló mientras cargaba uno de los más pequeños y otro se le colgaba de un hombro.
Nunca fui pensionada
Ana dice que ella trabajó joven en muchas partes, en oficinas, dijo sin recordar la dependencia, pero, agrega: "Nunca fui pensionada, ni jubilada. Ahora me hace falta porque mire cómo vivo ". Mostró toda el área donde descansa con los 73 gatos.
Se queja del maltrato hacia los animales de mucha gente y denuncia que a sus gatos le lanzan piedras y otros objetos, por lo que hace un llamado a las autoridades para que los protejan. "Me dan lástima", dijo.
Si recibiera una pensión ellos y yo viviéramos mejor, comeríamos más dijo mientras se llevaba un pan duro a la boca y le da a probar a un gato.
Síndrome de Noé
Este trastorno, es conocido con el nombre de ‟Síndrome de Noéʺ, es un desorden mental que consiste en acumular gran cantidad de animales, en este caso gatos, sin proporcionarles los cuidados mínimos.
Una de las características de tener demasiados felinos son unas condiciones de vida insalubres. La falta, y a veces la incapacidad total, de limpiar y desinfectar adecuadamente los areneros, la ropa de cama, los juguetes y los platos de comida y agua puede provocar muchas enfermedades.
La persona tiene ailurofilia que es poseer un gran sentido de respeto, amor, responsabilidad y compromiso con los felinos. Por un lado existen los amantes de los gatos, que adoptan desde uno hasta cualquier cantidad y buscan objetos personalizados inspirados en ellos.
Los especialistas aseguran que estos animales son considerados como una fuente de apoyo emocional, especialmente en momentos de soledad, estrés o tristeza. Ayudan a personas mayores a no sentirse solas y mantenerse activas.
El vetusto edificio del Retén de Bella Vista fue clausurado definitivamente en 1989, tras 94 años como sede del infortunio y la criminalidad. Sus últimos 400 residentes fueron enviados al también desaparecido Retén El Marite.
Sin haber cometido ninguna fechoría y solo por el hecho de ser olvidada en su ancianidad, el destino ha llevado a la señora Ana a permanecer frente a la histórica edificación por lo que la identifican: "La abuela del retén de gatos".
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Javier Sánchez/Noticia al Día