La voz inmortal de la gaita, Ricardo Aguirre González, nació el 9 de mayo de 1939. Hijo de Luis Ángel y de Ida Cira, vino al mundo en El Empedrao. Qué mejor lugar para nacer que la tradicional barriada santaluciteña.
Su madre, Ida Cira González, contaba que el cuarto de sus hijos varones vino al mundo "enmantillao", según refiere Eudomar Chacón, en un artículo publicado en el portal Guataca Nights.
Lo cierto es que, desde temprana edad, los talentos y carisma de Ricardo Aguirre desbordaron.
En su artículo, Chacón relata que Aguirre creció rodeado de cantantes e instrumentistas, sumergido en la música desde la cuna, influenciado por la cultura zuliana; le bastaron 30 años de vida para dejar su huella en la historia y ser para siempre, tal como lo bautizaría el abogado y crítico gaitero Octavio Urdaneta, el ‘Monumental’.
El Monumental de la Gaita es considerado el más grande intérprete de este género musical que ha traspasado fronteras y que fue declarado patrimonio cultural de Venezuela en 2014.
Fue educador, compositor, cantante y renovador de la gaita zuliana. Realizó estudios de normalista en Rubio, estado Táchira, y ejerció como maestro de aula de educación primaria en Maracaibo.
Un nombre indeleble en la historia de la gaita: Ricardo Aguirre
Ricardo Aguirre fue fundador de las agrupaciones gaiteras Los Sabrosos, Santa Canoíta, Pitoquín y Cardenales del Éxito; fue integrante del grupo Saladillo.
Su mayor legado es el rescate de la gaita tradicional; también su lírica incomparable. De sus composiciones recordamos La grey zuliana, Maracaibo marginada y La Flor de la Habana 1 y 2, con las cuales hizo gala de su voz recia y rica en matices.
De su cancionero gaitero, son memorables La pica – pica, Gloria de un parrandón, Poema gaitero y la Gaita del 65, entre otras. En muchas de las gaitas que compuso e interpretó están las remembranzas de los valses, bambucos, danzas y contradanzas que escuchaba de niño; paro más allá, la profunda devoción por la tierra que le vio nacer.
De Ricardo Aguirre queda una impronta imborrable en la cultura zuliana. En sus gaitas, en el recuerdo y en su defensa de los valores de nuestra región.
Con información de BiblioFEP
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