Javier Sanchez
El 4 de mayo se celebra el Día Internacional del Bombero por su labor en apoyo a la comunidad, al poner en riesgo sus vidas en la extinción de incendios, rescate de personas y protección de espacios ambientales.
Se brinda un sentido homenaje en todo el mundo por su indiscutible aporte a la comunidad en el cumplimiento de su deber, aun con riesgo de sus propias vidas.
El 4 de mayo obedece a que en ese día se celebra en Europa la fiesta de San Florián, patrono de los bomberos. Fue el primer comandante conocido de un escuadrón de bomberos en el Imperio Romano, quien perdió la vida en el ejercicio de sus funciones.
El día surgió a raíz de una propuesta generada debido al fallecimiento de cinco bomberos, ocurrido durante el cumplimiento de sus labores en un incendio forestal en Linton (Victoria, Australia).
Los bomberos siempre están dispuestos a ayudar y a apoyar a personas en situación de riesgo. Es una profesión de vocación y por ello se rinde homenaje a hombres y mujeres que garantizan la protección y seguridad de sus comunidades y el medio ambiente.
Tradicionalmente conocemos que su labor es la de combatir incendios en edificaciones, infraestructuras físicas y zonas forestales, pero va más allá y no se centra solamente en esta actividad de alto riesgo, varía de acuerdo con su formación profesional.
Se requiere de una capacitación previa en diferentes áreas de conocimiento (gestión de riesgo, electricidad, hidráulica, mecánica, elementos químicos, nociones prehospitalarias, entre otros) y un riguroso entrenamiento físico.
La fecha de celebración de este día es variable en gran parte del mundo siendo catalogada en algunos casos como Día Nacional del Bombero.
