Antes de que los zulianos tuviésemos El Puente el transporte lacustre era vibrante y colorido. Los viajes a la otra orilla se hacían en las viejas piraguas que llevaban carga y pasajeros. Hay gaitas que hablan de esa bella época y, también del infortunio que tuvieron dos muy famosas: La Ana Cecilia y La Santa Teresita.
De la Santa Teresita cuenta Panorama en edición del domingo 23 de agosto de 1964 que la embarcación estaba anclada en El Malecón. Había llegado con 300 sacos de sal, 16 pipas de gas oil. Viajaba dos veces por semana a Santa Bárbara, tenía capacidad para 200 pasajeros y 100 toneladas de carga. Su dueño era el Sr. José de Jesús Amesty.
El capitán, Melecio Marín, había ordenado una limpieza y mantenimiento en el cuarto de máquinas donde se desató el incendio a eso de las 12 y media de la tarde. Los marinos: Ángel Labarca, Santiago González, Ismael Flores y Ramón Urdaneta trataron de sofocar las llamas con trapos mojados, pero, el fue se propagó rápidamente hasta llegar a los 16 bidones llenos de gas oil.
Para las 5 de la tarde quedaban cenizas de gran parte de La Santa Teresita.
Quiero irme con ella
La crónica indica que el propietario de la piragua, José de Jesús Amesty abordó su nave arropada por las llamas y griataba "Salven a la Santa, quiero irme con ella". Lo sacaron a la fuerza y lo llevaron a su casa en La Limpia donde le calmaron temiendo que podía perder la razón.
JC
