Los cineastas Anwar Hasmy Aguilar y Leonardo Gutièrrez Calzadilla concibieron, hace buen tiempo, la idea de rodar, al alimón, una película sobre la edad de oro de la gente, la adolescencia, pre y post, asumiendo temas fundamentales de esta era, como el atropello, la soledad, la intolerancia y la alienación, como parte de un largo compendio de asuntos vinculados con ese momento crucial de la vida.
Un filme de vasto aliento sintetizado, un cortometraje que recién se ha rodado en Maracaibo y sobre cuyo proceso tenemos a bien adelantar algunas claves, previas a lo que ahora mismo significa la etapa compleja de la postproducción. Mientras rodamos, en un viejo Malibú hediondo a carburante, una escena en la que este redactor aparece, quedó claro que hay una preciosa línea de coincidencia entre este rodaje y muchos afectos macerados durante toda una vida.
Resulta que Anwar es también un antiguo amigo, un hermano, quien también es físico, uno de los muy buenos, especialista en la mecánica cuántica, la física de las micropartículas. Radicado en Francia, pero que aprovechó un período especial para venirse a trabajar en su caro sueño. Leonardo, su partenaire en la codirección de la película, es otro muy querido ser: èl es hijo de mis antiguos panas, Gustavo Gutiérrez (+) y Andrea Calzadilla, también duendes de la ciencia esclarecida. Así las cosas, es muy probable que esta nota de información aparezca cargada de ciertos matices de posverdad, es decir, es un periodismo escrito desde mis afectos.
Aquí endosaré su versión de la sinopsis de Cuatro ojos: Alberto, un niño de lentes y sobreprotegido, fisgonea a un grupo de chicos de su nuevo vecindario, quienes lo rechazan por su miopía. Desde la azotea de su casa, por un descuido, Alberto comete un accidente que termina afectando al líder del grupo. Lo atormenta la posibilidad de haber sido descubierto, y esto lo sumerge en un estado que lo hace incapaz de decidir o reaccionar, dejándose arrastrar por los acontecimientos tal como se le van presentando.
Así, la invitación a jugar fútbol por el único chico que pudo haber sido testigo del accidente lo toma por sorpresa, pero igual acepta de manera obediente. En el partido de fútbol, Alberto logra liberarse de su sentimiento de culpa e integrarse a los demás chicos, solo cuando alcanza a comprender la dinámica de conveniencias e intereses que mueve a sus nuevos vecinos.
Anwar nos refería, previo a la última jornada de filmación, el último viernes de abril pasado: “Con Leonardo, desde hace tiempo trabajo la idea de hacer algo juntos y nos planteamos este desafío… Había una anécdota, a partir de un ensayo literario que yo había publicado en esos días, en una revista literaria en la web…Entonces podemos decir que eso sea parte del tema. Luego recibimos el apoyo de Juan Carlos Lossada, desde el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC…También es importante el apoyo que hemos recibido acá, por parte de la Secretaría de Cultura, con Viviana Márquez y también está la productora de Ionesco Troconis. Los actores, en su mayoría, son muchachos de aquí, de Maracaibo. También está uno de Caracas, Daniel Rojas, y dos adultos, de Caracas, Douglas Guerrero y Mariana Noguera.
En el equipo de rodaje figura la importante presencia de Ignacio Márquez, notable maestro del cine venezolano y quien exponía sus mtivaciones: “A mí lo que más me seduce de participar en este proyecto es la posibilidad de experimentar… porque los cortos son el espacio ideal para la experimentación cinematográfica y suelen ser más arriesgados que los largos… entonces el corto es como un espacio de libertad cinematográfica porque no te antepone condiciones… Entonces, acompañar a unos jóvenes cineastas que están empezando y que están haciendo Cuatro ojos, con suma sutileza y mucha libertad cinematográfica, abordando un tema crucial, asociado con la empatía y la solidaridad, al compañerismo y al afecto, me pareció importante…”.
Es una historia que se centra en un niño que se ve obligado a vivir en otro lado y que ha dejado seguramente sus amigos y tiene que reconstruirse desde la empatía y no desde la distancia o la resistencia, o la violencia, seduce de entrada.
Talentosos cineastas de Maracaibo, como Ismenia Juárez, Steff Bohórquez y Ángel Marín aparecen también vinculados con esta experiencia cinematográfica cuyo estreno también tendrá lugar en Maracaibo, en fecha próxima y ante lo cual también estaremos explayándonos en detalles. Una noticia espléndida, sin duda.
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Alexis Blanco