La última vez que su mamá la vio, fue el lunes a las 7 y 30 de la noche. Múltiples disparos rasgaron esa oscura madrugada en la Curva del Pato, en los Puertos de Altagracia. Nadie supo, ni dijo nada. Este martes en la mañana, la madre recibió la funesta noticia: Valeria Altagracia Geizzelez Rivero había sido hallada muerta en plena vía pública.
Muy joven, de apenas 21 años de edad, Valeria le había dicho a su madre que se iría hasta el sector Los Jobitos. El sonido de una moto marcó la partida de la hija y la hoy afligida doña recuerda escasamente los hechos que anteceden su pena.
Los investigadores del caso aún no tienen sospechosos ubicados, solo la descripción del suceso: “funcionarios policiales que se encontraban en labores de patrullaje, lograron observar en la vía pública, el cuerpo sin vida de una persona adulta de sexo femenino, específicamente en la entrada de un botadero de basura”.
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La minuta detectivesca no deja espacio a la duda sobre las causas que ocasionaron la muerte de la mujer, “… yacía en posición decúbito ventral, presentando múltiples heridas, producidas presuntamente por el paso de proyectiles disparados con arma de fuego, en varias regiones de su anatomía corporal”.
Como dato curioso, en el lugar del levantamiento del cadáver se encontraron doce conchas percutidas calibre nueve milímetros, de tres marcas distintas: Cavim, Luger y Marca II.
Juan Carlos Guillén