En el centro de detención de Bluebonnet, en Anson, Texas, un grupo de migrantes venezolanos escenificó una desesperada petición de ayuda. El pasado 28 de abril, 31 hombres se colocaron en el patio del centro para deletrear con sus cuerpos un mensaje de “SOS”, que fue captado por un dron de Reuters.
Los detenidos, atrapados en una incertidumbre legal y política, temen que pronto puedan ser deportados a la infame prisión de máxima seguridad Cecot de El Salvador, un centro conocido por sus duras condiciones y sus controvertidas detenciones masivas.
De acuerdo con la agencia de noticias, el pasado 18 de abril, decenas de detenidos recibieron notificaciones en las que se les acusaba de estar afiliados a la extinta banda venezolana Tren de Aragua. Estas notificaciones, emitidas en virtud de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, servirían para justificar la deportación sin el proceso habitual de los tribunales de inmigración.
Muchos de los hombres se negaron a firmar los documentos, y afirmaron que no tenían vínculos con la banda. No obstante, estuvieron a punto de ser deportados ese mismo día. Fueron trasladados en autobús a un aeropuerto cercano antes de ser devueltos inesperadamente a Bluebonnet. Esa misma noche, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictó un bloqueo temporal de sus deportaciones.
Su destino sigue siendo incierto. Si el Tribunal Supremo levanta el bloqueo, los detenidos podrían ser enviados a la Cecot, a donde la Administración Trump ya ha deportado a más de 200 venezolanos y salvadoreños. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no ha hecho comentarios sobre las deportaciones detenidas por el alto tribunal. La instalación Bluebonnet, de gestión privada, que tiene un promedio de más de 800 detenidos por día, se ha convertido en el centro de una creciente controversia legal y de derechos humanos.
Un funcionario de inmigración que visitó el centro el 26 de abril explicó a los detenidos que la deportación en virtud de la Ley de Enemigos Extranjeros evita los procedimientos judiciales de inmigración. En una grabación de la visita, los detenidos preguntaron cómo podían ser calificados de “enemigos” sin tener antecedentes penales ni pertenecer a una banda.
Defensores y abogados se apresuran a intervenir en los casos de los detenidos. Millán, que solicita asilo, tiene una vista judicial programada para el 1 de mayo, si no es deportado antes.
Noticia al Día/Reuters