La generosidad y la gratitud es cada vez mayor entre los zulianos. Vemos cómo muchos se llegan a quitar el pan de la boca para compartirlo y se acercan para extender la mano y dar una ayuda con amor y caridad.
Así lo aseguró hoy el padre Andrés José Bravo, encargado de la parroquia Santa Teresita del sector Amparo, al oeste de la ciudad, donde realiza labores sociales desde hace 17 años, director del Centro Arquidiocesano de Estudios de la Doctrina Social de la Iglesia, docente de la Universidad Católica Cecilio Acosta y párroco de la parroquia universitaria LUZ.
En conversación con Noticia al Día, se refirió el sacerdote a la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra cada 11 de febrero y que busca recordar la importancia de cuidar a los convalecientes que están cerca de cada uno de nosotros y atenderlos en la medida de las posibilidades.
En estos tiempos de crisis del país, la generosidad entre los ciudadanos, por el contrario a lo que se piensa, se siente cada vez más. “Muchos se quitan el pan de la boca para compartirlo y de igual manera lo hacen con los medicamentos, tal como lo he podido ver en estas barriadas donde me movilizo”, dijo el representante de la Iglesia.
La generosidad en cada esquina
Cualquier familia se presta para facilitar a un enfermo cualquier recurso que éste necesite, incluyendo equipos tales como sillas de rueda, bastones, andaderas, que son suministrados a través de la Iglesia, y de igual forma algunas medicinas.
“Ayer, día de los enfermos, muchos ciudadanos se acercaron a nosotros para informarnos sobre personas del sector Amparo y otros lugares que necesitan ser atendidas en sus hogares y que se prestan para ayudarlos a través de nosotros”. Se ponen a la orden para ayudar en los hogares de estos enfermos y eso nos llena de satisfacción y alegría, señaló el párroco de la parroquia universitaria LUZ.
La solidaridad sin límite
Cada día se agrava más la situación del país. La gente espera que le llegue el bono, que le llegue la ayuda, la bolsa clap, y con sentido de solidaridad siempre vemos que se ayudan unos con otros sin egoísmo.
Se ve que en algunas barriadas, entre los vecinos maracuchos, no tiene límite y una prueba de ello es, que he llegado a ver, cómo hacen “vacas“ para ayudar a determinada persona o familia, que no tiene cómo pagar la bolsa de comida, y a otros, hasta compartir la que han comprado. Eso es generosidad, y no es quizás noticia relevante y no sale en los medios; en cambio a la acción mala, como la del hampa, sí se le da publicidad, sí se proyecta, refirió el sacerdote.
El zuliano sigue siendo “muy dado”
Se nota que el zuliano sigue siendo muy dado, cuando también vemos familias que convierten una especie de “comedor popular” con sus mesas diarias del hogar y se llevan a muchas personas que no tienen un plato de comida en el día para satisfacer su necesidad. “A veces veo y no sé cómo les alcanza y digo que es obra de Dios”, dijo.
"No se ve egoísmo por ninguna parte y lo puedo decir porque tengo 17 años en esta parroquia.
Hay una crisis social que va en aumento. El que consigue agua y otro necesita, lo ayuda a buscar. Todo el tempo muy dado a ayudar, a socorrerlo sin distingo y lo hace con amor, con cariño, de eso puedo dar fe", dijo para concluir.