La Oficina de Investigación de la Corrupción (OIC) de Corea del Sur informó de la detención este miércoles del destituido presidente Yoon Suk-yeol, separado del poder por su decisión de imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre.
Yoon accedió a abandonar su residencia para comparecer ante las autoridades judiciales, según reportó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
En el operativo, cientos de agentes ingresaron al complejo residencial del mandatario en su segundo intento de detenerlo, luego de una fallida ocasión anterior.
Tras ser detenido, el exgobernante surcoreano dijo que “el Estado de derecho se ha venido abajo completamente.”
Se convierte así en el primer presidente surcoreano que afronta un arresto. A fines de diciembre, el Tribunal del Distrito Oeste de Seúl, emitió contra Yoon una orden de detención y de registro de sus oficinas, en el marco de la investigación por cargos de sublevación y abuso de poder.
El 7 de enero, el Tribunal concedió la prórroga de la orden de detención, a petición de la Oficina de Investigación de la Corrupción para Altos Funcionarios (OIC). La solicitud fue presentada tras el fallido intento de arresto el 2 de enero, cuando el personal de la OIC se enfrentó a una resistencia de militares y partidarios del gobernante al ingresar en la residencia del expresidente para detenerlo y la posterior negativa policial a ejecutar la orden de forma independiente.
Ese mismo día, Yoon proclamó su intención de “luchar hasta el final” ante la inminente detención. El 5 del mismo mes, la agencia Yonhap supo por el jefe del equipo encargado de investigar el presunto golpe de Estado, Choo Mi-ae, que el director del Servicio de Seguridad Presidencial surcoreano, Park Chong-jun, habría ordenado disparar granadas aturdidoras y balas reales en ciertas condiciones, si no lograba resistir en una pelea física.
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Noticia al Día/Información de La Tercera