El Nacimiento que preside el gran salón de audiencias del Vaticano es un regalo de la ciudad de Belén al Papa Francisco.
Por eso, la cuna del Niño Jesús está decorada con una ‘kufiya’, el tradicional pañuelo o bufanda palestina, que es uno de los símbolos más reconocibles tanto de la lucha de ese pueblo como de apoyo a la misma. No es ese el sentido que quiere darle el Vaticano, que lo considera un modo de recordar a quienes viven la Navidad en guerra.
Cuando Francisco lo ha visto por primera vez este sábado por la mañana, ha explicado que “ante este pesebre recordamos a nuestros hermanos y hermanas que, en Belén y en otras partes del mundo, sufren la tragedia de la guerra”.
“Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡No más guerra, no más violencia! ¿Sabéis que una de las inversiones más rentables aquí es la fábrica de armas? Beneficios por matar. ¡No más guerras! ¡Que haya paz en todo el mundo y para todos los hombres, a quienes Dios ama!”, ha clamado.
El Pontífice ha dado personalmente las gracias por el regalo a una delegación de la embajada de Palestina, y ha mencionado “la atormentada Palestina”, dijo,
“Doy una cordial bienvenida a las autoridades civiles y eclesiásticas presentes, en particular a los Representantes Especiales del Presidente de Palestina, Sr. Mahmoud Abbas – que ha venido aquí varias veces”.
El pesebre estará en el salón en el que el Papa tiene sus multitudinarios encuentros con peregrinos. Es de madera de olivo, nácar, cerámica, vidrio, fieltro y tela. Tiene tres piezas, la Virgen María, San José y el Niño Jesús; la figura más grande mide tres metros de altura.
Ha sido realizado por los artesanos de Belén Johny Andonia y Faten Nastas Mitwasi, y es un regalo de esta ciudad al Papa. Algunos de los peregrinos católicos que han acompañado la entrega del nacimiento llevaban también la ‘kufiya’.
Hasta el año pasado, el Nacimiento del aula Pablo VI solía ser un regalo de algún estado de México. Este año ha sido el turno de los cristianos de Palestina.
Según explica el comunicado del Vaticano, la idea es “recordar la Tierra Santa -lugar privilegiado de la historia de la salvación, cuyo suelo recorrió el Salvador y donde tuvieron lugar su encarnación, nacimiento, pasión, muerte y resurrección-, teatro cotidiano de destrucción, conflicto, luto y violencia”.
Añade que “durante la preparación, recogida y construcción de la obra, los artistas colaboraron con varias instituciones cristianas locales”.
Francisco lo ha visitado este sábado por la mañana, durante un encuentro con las tres delegaciones oficiales de las ciudades que han regalado el belén del salón de audiencias, el árbol de Navidad y el nacimiento de la plaza de San Pedro.
El Papa ha destacado que el Belén, “ha sido hecho en la Tierra donde nació el Hijo de Dios”, y que aunque “es diferente del que hay en la plaza, lleva el mismo mensaje de paz y amor que nos dejó Jesús”.
Por otro lado, el pesebre de la plaza de este año procede de la región de Friuli Venezia Giulia y se enmarca en la laguna de Grado.
Así, para llegar al portal los pastores viajan en barca. Lo curioso es que las figuras están realizadas con el barro de la misma laguna. El abeto procede de la localidad de Ledro, en el Trentino.
Se trata de un árbol de 29 metros, que debía ser talado para el correcto cultivo del bosque. Por su parte, el Vaticano ha comprado a la ciudad otros 39 abetos de pequeñas dimensiones cultivados expresamente para decoración navideña, que usará en oficinas, lugares públicos y salas de la Santa Sede.
Noticia al Día / ABC