Sí bien es cierto que el ser humano posee muchos órganos que cumplen determinadas funciones. Hay uno en particular que, aunque se desarrolla durante el embarazo dentro del útero y se conoce como la placenta, muchos ciudadanos la utilizan como un nuevo alimento en los hospitales. Debido a eso, es importante comprender sí sería buena opción convertirla en alimento al conocer sobre ella.
Este órgano es responsable de dar oxigeno y nutrientes al feto. También se encarga de eliminar las sustancia de desecho como el dióxido de carbono.
Los tejidos que componen la placenta son derivados del conjunto de células, conocida clínicamente como trofoblasto, que componen la capa exterior del crecimiento del embrión y estas empiezan a formarse en las etapas tempranas de embarazo.
La placenta suele ubicarse a lo largo de la pared interior o posterior del útero, y puede expandirse a la pared lateral, con el curso del embarazo. Según su posición, hay cuatro tipos de placenta, una es la "anterior” que se ubica en la parte frontal del útero y puede estar fija tanto en el lado izquierdo como en el derecho, luego esta la "posterior" que se ubica en la parte posterior del útero, en donde es común que los movimientos del bebé se sientan más pronto que en un embarazo con placenta anterior.
Por otro lado, al hablar de la placenta fúndica, ella está situada en la parte alta del útero, y en el caso del primer hijo, se sienten los movimientos del pequeño, entre las 18 y 20 semanas de gestación. El último tipo es la placenta previa, que se podría definir como una anomalía en la placenta, esto ocurre por causas uterinas o por alteraciones en la propia placenta.
A las mujeres que presentan placenta previa tienen un riesgo, de que ocurra un parto prematuro o una perdida de sangre (hemorragia), debido a la ubicación donde se encuentra en el útero.
Sin embargo, en algunos hospitales se tiene la tradición de ofrecer la placenta como alimento porque se cree que ayudaría a la recuperación de la mujer y beneficiaria su salud, pero la realidad es, que los estudios actuales demostraron que comerse la placenta, no otorga un beneficio a la salud y podría representar riesgos de infecciones bacterianas, virales en la madre y en el bebé por lo que no esta recomendado.
Algunas de las enfermedades que puede producir comer placenta, de cualquiera de las formas, así tenga un buen asado son: Hepatitis A, Zika, Toxoplasmosis, entre otras. Esto sucede porque la placenta durante el embarazo de la mujer, puede estar contaminada. Además de eso, la manipulación, almacenamiento y procesamiento del órgano de forma inadecuada también podría contaminarlo, aumentando el riesgo de la madre sí se lo dan como alimento.
Por ello es importante resaltar que la placenta puede causar intoxicación en la mamá , ya que en la placenta se puede encontrar algunos elementos tóxicos, como plomo, arsénico, mercurio, entre otras. Por esa razón, después del parto se recomienda ingerir otros alimentos que sí puedan ser beneficiosos para la madre, pero siempre es importante acudir con un profesional de la salud ante cualquier duda o molestia.
Elianny Isabel Touissant/Pasante
Noticia Al Día.
