“Endúlzame el paladar mi dulcera buenamoza con tu dulce de lechosa y el blanquecino manjar”.
Este verso de un canto gaitero que toma vigencia en la actualidad después que había desaparecido prácticamente la variedad del típico dulce zuliano, que las mujeres con sus azafates en la cabeza, vendían en las parroquias céntricas de la ciudad la dulcería multicolor.
Las damas y caballeros que desde temprano se paseaban por las estrechas calles en la época colonial, han regresado con su tradición reimpulsadas por la crisis económica del país que las ha llevado a desempolvar las bandejas que servían en la época para ofrecer lo más exquisito en el momento de gran aceptación entre el público marabino.
Tan famoso y exquisito como el dulce de icacos y los huevos chimbos es el llamado dulce de cajuil, hoy casi desaparecido. Las matas de los patios de las casas siempre adornaban los racimos de esta fruta amarilla o roja, así como en hatos y huertos familiares.
La variedad de dulces que tenemos
Los maracaiberos somos adictos a comer dulces y conservas de preparación casera, de lo que tenemos una gran variedad de opciones: conservitas de leche, coco, plátano maduro, guayaba, calabazates –conserva de limonzón, naranja, turrones de ajonjolí, y de dulces, de piña, lechosa –papaya–, huevos chimbos, cágüil, cascos de guayaba.
Entre la escasez de ingredientes, la hiperinflación y la migración forzada, se ha ido reduciendo la producción y la transmisión de esta gastronomía única en Venezuela.
Los dulces de frutas habían quedado en lindos recuerdos en la memoria zuliana, porque ya casi no se hacían, por la escasez de ingredientes, la hiperinflación, la migración forzada y el abandono y la pérdida de cultivos, pero poco a poco hemos viso que han retornado a la mesa nuestra, no solo de los restaurantes y demás locales comerciantes donde sobrevivían , sino nuevamente regresan a la plazoleta de la Basílica, al Paseo Ciencias, a la plazoleta de Santa Lucía, la Plaza de la República, Vereda del Lago, Centro Ana María Campos y demás lugares públicos.
Huevos chimbos, típico plato elaborado con huevo, azúcar y brandy, dulce de limonzón: postre de limón grande en almíbar, dulce de paledonia: popularmente llamado catalina. También se puede saborear en otras regiones de Venezuela, arroz con leche con azúcar morena o papelón .
Otros como la Torta de plátano elaborada con huevo, leche, vainilla y mucho queso, conservas de maduro elaboradas con plátanos, azúcar blanca, un poco de ron y colorante rojo, majarete que se hace con harina, pulpa de coco, canela y semillas de malagueta, dulce de Lechoza (Papaya) , azúcar, clavito y ron y dulce de caujil (merey), azúcar, canela y clavito.
Hacer dulces tradicionales es un arte
La señora Josefa Márquez, ama de casa por excelencia señala que cada dulce que se prepara tiene su forma de elaboración para cada persona. A unas le queda mejor que otras, por ejemplo, el de limonzón y es su cocción. Si no se le exprime bien y se le saca lo “amarguito” no queda bien al gusto, explicó.
Gonzalo Montoya es trujillano y vende dulces maracuchos desde hace 30 años. Dice que el dulce de lechoza es mejor cuando se elabora con la fruta verde o entre amarilla y con bastante azúcar o miel, de lo contrario no tendrá buen sabor.
Conseguir dulces típicos en lugares tradicionales al borde de las carreteras zulianas o en establecimientos formales se estaba constituyendo en algo difícil. En la Costa Oriental del Lago, San Francisco, La Cañada de Urdaneta y el sector Los Dulces vía Machiques, se ofrecían solo besitos de cocos, paledonias, galletas de huevo, polvorosas, bolitas de leche y merey pero desde finales del año pasado han regresado los envases de vidrio con huevos chimbos, dulces de leche, lechosa, piña, durazno, etc.