Con Polonia se inició la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Con Polonia se inició la Guerra Fría (1945-1991). Y en la misma Polonia se inició el deshielo del Telón de Acero en el año 1989 cuando el Sindicato de Solidaridad ganó las elecciones.
Treinta y cinco años de haber salido del martillo soviético. Mientras que este 6 de junio se conmemoran ochenta años de la Batalla de Normandía. Hitos ambos de la liberación contra los totalitarismos y de la libertad.
De manera un tanto inesperada el todopoderoso Régimen comunista cedió el poder y se inició el proceso de apertura y democratización hasta el día de hoy. Polonia es hoy miembro de la OTAN (1999) y de la Unión Europea (2004).
“Esta era la piedra de toque entre nosotros y los rusos sobre el significado de palabras tales como democracia, soberanía, independencia, gobiernos representativos y elecciones libres y sin trabas”. Reflexión esta de Winston Churchill en un momento en que los acuerdos de la Conferencia de Yalta (del 4 al 11 de febrero de 1945) se empezaron a dinamitar y pusieron fin a la alianza entre los aliados victoriosos de la Segunda Guerra Mundial.
En cambio, poco se habla de la Operación Bragation. Hecho este ocurrido en paralelo a la invasión sobre las costas de Normandía el 22 de junio de 1944. En dos meses, se aniquilaron a los ejércitos alemanes apostados en Bielorrusia y Ucrania. Quedando abierto el camino para conquistar Berlín el 2 de mayo de 1945.
Stalin sabía del desembarco aliado en Francia; y también sabía que la carrera hasta Berlín quien la ganara tendría una posición de fuerza mayor al momento de las negociaciones y el reparto del mundo por esferas de influencia.
La épica rusa quedó soterrada por la épica de los anglosajones. Hay países muy malos publicistas de su pasado. España es uno de ellos. La antigua URSS, también. En cambio los Estados Unidos e Inglaterra han sido muy hábiles en reescribir la Historia y ofrecer un punto de vista hegemónico. Venezuela, con el Mito Bolívar, es otro caso exitoso de alinear una memoria ilustre sobredimensionando sus hechos. Aunque hoy, esos recuerdos, están siendo socavados por la tragedia en curso.
1944, fue el año de la derrota de Alemania. El Día D, el desembarco en Normandía, eclipsa a la Operación Bragation. Y resulta que el ataque ruso fue más efectivo y determinante en cambiar el curso de la guerra europea y mundial. Eisenhower liberó Paris el 24 de agosto de 1944. Mientras que Gueorgui Zhúkov hizo capitular a Berlín el 2 de mayo de 1945. Hitler se suicidó el 30 de abril. El Reich de los 1000 años sólo duró apenas 12 años.
Stalingrado en 1942-1943 fue un punto de quiebre en toda la Segunda Guerra Mundial. De hecho, fue la batalla decisiva. No obstante, la Operación Bragation puso punto final a la Operación Barbarroja (1941).
Apenas la gente conoce que existió la Operación Bragation cuyo éxito principal fueron los estratagemas de engaño que aplicaron los rusos a una tropa alemana desalentada por la férrea terquedad cosaca.
Además, Hitler, un diletante de la guerra, cuestionó las estrategias de sus generales más capaces que le indicaron la necesidad de una retirada táctica para reorganizar un frente tan amplio y con todas sus fuerzas muy dispersas.
Un millón de soldados alemanes tuvieron que hacer frente a dos millones trescientos mil rusos. Ochocientos tanques alemanes contra los casi cuatro mil del Ejército Rojo. Mil trescientos aviones de la Luftwaffe contra cinco mil trescientos de la URSS. Las cifras son elocuentes. La marea de la guerra ya había cambiado por completo.
La Operación Bragation le garantizo a Stalin llegar primero que los estadounidenses e ingleses hasta Berlín. También ocupó a Polonia y al resto de países de la Europa Oriental. Ya con la Guerra Fría en proceso de gestación el Pacto de Varsovia estuvo constituido por: Albania, Alemania Oriental, Bulgaria, Checoeslovaquia, Hungría, Polonia y Rumanía. Todos ellos bajo la tutela de la URSS.
La URSS pasó de liberadora a opresora. Algo muy común en las vueltas de tuerca de la Historia. Sándor Márai (1900-1989) y Milan Kundera (1929-2023) desde la más grande literatura y testimonios dolientes fueron testigos de excepción.
El gobierno ruso justificó el zarpazo sobre Polonia de la siguiente manera: “El Gobierno soviético insiste sobre este punto porque se ha derramado mucha sangre de soldados soviéticos para la liberación de Polonia y porque en el curso de los últimos treinta años, el territorio de Polonia ha sido utilizado dos veces por el enemigo para invadir Rusia”. Argumento este razonable. Y poco razonable para los polacos, estadounidenses e ingleses.
Ángel Rafael Lombardi Boscán