Los hijos y herederos del legendario futbolista argentino Diego Armando Maradona, se presentaron ante la justicia francesa para tratar de frenar la subasta del Balón de Oro obtenido por el mítico jugador en 1986. Maradona fue acreedor del trofeo por su destacada presentación en el Mundial celebrado ese año en México, donde Argentina conquistó su segunda copa mundial.
La subasta está prevista para el próximo 6 de junio, pero los herederos de Maradona han tomado acciones legales con el objetivo de recuperar el objeto que en su momento fue robado en Italia.
«Los herederos de Diego Maradona me han encargado que recupere el Balón de Oro que le robaron a su padre en Nápoles en 1989. Me han pedido que emprenda acciones legales para que el balón no se subaste el 6 de junio«, dijo este miércoles a la agencia EFE el abogado Gilles Moreu.
De acuerdo con algunas versiones, el «Adidas Golden Ball» que le distinguía como el mejor jugador del Mundial de 1986 fue robado en 1989 de la caja fuerte de un banco de Nápoles, donde Maradona guardaba el Balón, en una acción supuestamente orquestada por la mafia napolitana.
El objeto está previsto subastarse el 6 de junio en la casa Aguttes (Nueilly-sur-Seine) por un precio que podría ser récord superando los 9,2 millones de dólares por los que la casa de subastas Sotheby’s vendió en mayo del 2022 la legendaria camiseta que Maradona utilizó ante Inglaterra en el Mundial de 1986.
El balón de oro fue comprado por un coleccionista en 2016, después de tres décadas en las que se declaró por desaparecido.
La versión del poseedor
Aguttes, por su parte, aclaró en un comunicado enviado a EFE que «llevó a cabo todas las búsquedas y verificaciones necesarias de acuerdo con las bases de datos disponibles, contactando a las autoridades francesas e italianas» y que, hasta la fecha, «no hay ningún elemento que ponga en tela juicio» al vendedor.
El afortunado coleccionista, el franco-argelino Abdelhamid B., adquirió en 2016 el Balón de Oro de Maradona, junto a otras recompensas apiladas en una caja, a cambio de unas centenas de euros en la sala de subastas parisina Drouot Nord, donde terminan los objetos que no se venden.
Según Aguttes, Abdelhamid B. demostró haber actuado de «buena fe» por lo que, pasados tres años sin una reclamación de parte de los herederos de Maradona, el objeto pertenece legalmente a este pequeño coleccionista.
Noticia al Día / EFE
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