Sábado 23 de noviembre de 2024
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El cepillao: La "salvación" de los maracuchos para "matar" la sed y el calor

Es un granizado de hielo en cuyo origen los niños maracuchos tuvieron una participación. Para su elaboración se utilizan una…

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Es un granizado de hielo en cuyo origen los niños maracuchos tuvieron una participación. Para su elaboración se utilizan una raspadora y un cepillo de metal. Los sabores pueden ser de colita o frutas, con una capa de leche condensada que se convierte en un refrescante que "mata" el calor

¡Hey! el mío de tamarindo con leche, el mío de limón, yo quiero de guanábana, y yo de rojo con leche. Son las solicitudes que a diario exigen clientes sofocados en los distintos mostradores de las ventas de cepillao que tiene Maracaibo, constituyéndose en el principal deleite que busca el marabino para mitigar el calor.


Este refrescante recurso es el favorito de los zulianos para calmar la sed. Nada mejor que este raspao, dicen sus habitantes para temperar el cuerpo tras las altas temperaturas que arropan la región.

Foto: Xiomara Solano

Desde hace varias décadas los cepillaos son la alternativa preferida para refrescar el acalorado paladar local. Maracaibo fue la primera ciudad en degustarlo y hoy en día es la región donde el hielo azucarado y coloreado posee una mayor fanaticada.

Cuando el calor aprieta en la ciudad, el paladar de los marabinos reclama un cepillao. Parece un espejismo el montículo de hielo que sobresale del envase plástico semi transparente, goteando rojo, amarillo, verde o cualquier otro color, junto a hilos de leche condensada que se cuelan entre los dedos y alborotan los recuerdos de la infancia.

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Sigue siendo la clásica forma de enfrentar las altas temperaturas, donde muchas veces los 40 grados a la sombra se quedan corto y la sensación térmica va de largo, por lo que mitigar el llamado” fuego” en esta hermosa tierra siempre es una necesidad.

A pesar que no existen registros escritos, según los cronistas anónimos de la ciudad, el cepillao entró a Venezuela por el Zulia, a finales del 1920, cuando comenzó a funcionar la Cervecería y Fabrica de Hielo Maracaibo.

Por lo tanto, la capital zuliana fue la primera en tener a los pintorescos personajes que, montados en sus carros tirados por burros, repartían frescura y sabor entre la chiquillería de la época.

Foto: Cortesía

Los carritos ambulantes se ubican usualmente frente a los colegios, parques, mercados y paradas del transporte público donde tienen sus "clientes fijos".

Los niños principales protagonistas


Cuentan abuelos y gente de la época, que el origen del “cepillao clásico” que aún se ofrece comenzó con una carreta sostenida a un burro de carga que recorría la ciudad, ofreciendo el raspado de hielo, saborizado con distintos jarabes. Luego, las carretas se suplantaron por coloridas bicicletas que hoy en día siguen deleitando a quienes van a plazas y parques.


Dicen que en aquellos tiempos en que las neveras no contaban con No Frost y por lo tanto, había que descongelarlas de forma manual, se formaba el hielo en forma de escarcha que era raspada por los niños para comérselo cuando sus padres dormían.


De esa práctica se tomó la idea del carrito donde con un cepillo de hielo se raspaba y se obtienen cristales que luego con jarabes dulces se recubren con leche condensada, y nació el clásico cepillao.

Foto: Xiomara Solano


Hasta el momento los sabores incluyen rojo con leche, menta, piña, tamarindo, limón entre otros. En sitios más específicos se ubicaron los más celebres por allá por los 60 el popular Jesús Ríos, que aún sigue “matando” el calor de los maracuchos.

Foto: Xiomara Solano

Visitamos el popular negocio ícono de nuestra ciudad, patrimonio cultural, que ahora administra Héctor Meleán y atiende José Barreto. Allí encontramos delicias de frutas tales como, guanábana, zapote, ron pasa, limón, cola a precios que van desde 1 dólar hasta 4 dólar según el tamaño.

Barreto nos dio a probar "El Zuliano", un cepillao de naranja, parchita y trocitos de mango que es uno de los más pedidos por lo refrescante que resulta. Para los días de navidad se vende el llamado "Navideño" que es de ponche crema con maní y pasas que es toda una delicia, dijo.

Foto: Xiomara Solano


Los congelados y cremosos del "Cangurito" tienen una variedad infinita que se ubica entre los más solicitados para refrescar a los maracuchos y visitantes.

Foto Xiomara Solano

Jorge Luzardo con 48 años preparando los famosos cepillao dijo a Noticia al Día que a pesar de la crisis siguen vendiendo con precios accesible a la clientela. Los llamados especiales que contienen leche son a 2 $ y medio (90 Bs) y los de frutas a 1 $ y medio (60 Bs) con 40 sabores.

En el sector Belloso Luzardo tiene toda una vida en el negocio de los cepillados de vacito. Nos contó ayer cuando lo visitamos a la una de la tarde con una temperatura de casi 40° que se inició siendo apenas un adolescente como empleado de un microempresario del mismo ramo.

Foto: Javier Sánchez

Para 1980 cuando su jefe enfermó, éste emprendedor marabino decidió aprovechar la experiencia adquirida y continuar el legado con la ayuda de un microcrédito que le permitió comprarle cuatro cavas y una nevera a su mentor.

Foto: Xiomara Solano

“El señor al que yo le trabajé me dio la fórmula de los cepillados pero yo la mejoré y a medida que los clientes fueron haciendo sugerencias yo también iba innovando y modificando, hasta el punto en que el cepillado ya parecía casi un helado”, cuenta Luzardo.

Un poco de historia

En 1947, la familia Urdaneta fundó lo que se conoce como Los Cepillaos de San Francisco, ubicados en la zona sur frente a la plaza Urdaneta en la avenida 5 parroquia El Bajo.

Aunque quedaron fuera de Maracaibo cuando se fundó el municipio la gente siguió afirmando que eran “unos de los mejores cepillaos de la ciudad”, con sus productos estrellas: maní, zapote y bati bati, dentro de una variedad de 30 sabores.

En 1965 nació la tercera opción para los marabinos: Cepillaos El Manguito de la familia Fuenmayor. Osman Fuenmayor ideó la manera de mezclar los ingredientes con una máquina de hacer helados.

Foto: Xiomara Solano

Una especie de raspao

El "cepi cepi" no es más que una especie de raspado, como de hecho se conoce en otras partes de Venezuela, cuyo principal ingrediente es el hielo granizado, saborizado con esencias artificiales o frutas naturales, servido en vaso de plástico desechable, expendido tanto en negocios formalmente establecidos como por los icónicos “cepillaeros”, dotados de una bicicleta techada, adaptada para albergar el hielo en tiras de molde, como materia prima.

Foto: Xiomara Solano

"Un cepillao, yo tengo el sabroso cepillao, dándole y dándole al pedal, porque el burro lo tengo empeñado", al son del grupo Guaco se ofrece por toda la ciudad.

Noticia al Día

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