Caminar y observar con detenimiento el casco central de la ciudad de Maracaibo, es descubrir nuevas historias, vivir nuevas sensaciones, disfrutar de lo que para muchos puede ser cotidiano, mientras para otros son experiencias novedosas.
El lente del fotógrafo José López Linares, captó distintos momentos en su recorrido por el Paseo de la Chinita, lugar de encuentro zuliano de cientos de familias. A diario las aceras son transitadas por estudiantes, trabajadores, empleados, comerciantes y público en general, quienes pasan un buen rato disfrutando en amplias bancas que no solo brindan cobijo con frondosos árboles, sino que son testigos casuales de secretos personales.
La grandes bancas negras, alrededor de la estatua de la Chinita, garantizan un descanso y protección ante el intenso sol que se mantiene durante todo el día. Un atractivo que aprovechan familias enteran, grupos de amigos y hasta parejas de enamorados.
Es un paseo que se disfruta muy apegado a la naturaleza por la extensa área de jardín boscoso que posee. Sus grandes fuentes de agua convierten a este sitio en una amena área de permanencia.
Cuenta con seguridad policial a través de patrulleros ciclística del Cpbz, quienes resguardan toda la plaza las 24 horas.
La misma Plazoleta de la Basílica a pesar de ser un paso obligado para unos transeúntes, para otros, es el orgullo de presentarse en frente a la bella estructura dedicada a la Chinita.
Texto y Fotos: José López Linares
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