Perú se ha convertido en un país cuyos últimos cinco expresidentes, que han gobernado entre 1990 y 2018, están encarcelados, investigados por corrupción o se encuentran prófugos de la justicia.
Alejandro Toledo Manrique: prófugo de la justicia, gobernó entre 2001 y 2006, fue acusado en 2017 por la Fiscalía peruana de haber recibido dinero de la empresa brasileña Odebrecht para supuestamente favorecerla en la licitación de una obra.
Alan García gobernó a Perú entre 1985 y 1990, posteriormente volvió entre 2006 y 2011, tras hacerse oficial la orden de detención por el caso de corrupción. Se suicidó de un tiro en la cabeza, justo cuando la Policía se dirigía a su residencia para detenerlo.
García había sido vinculado a una trama de sobornos. La justicia le había prohibido salir del país en noviembre de 2018.
Ollanta Humala, 300 días en prisión e investigado junto a su esposa por blanqueo de capitales y vinculación con la inmensa trama de corrupción de la constructora Odebrecht. La Fiscalía acusa al matrimonio de haber recibido tres millones de dólares de la compañía brasileña para la campaña de 2011, que le hizo ganar las elecciones y hacerse con la presidencia.
Humala y su esposa pasaron más de 300 días en prisión preventiva entre julio de 2017 y abril de 2018, cuando el Tribunal Constitucional ordenó su liberación (sin retirar los cargos).
Pedro Pablo Kuczynski, el presidente que concedió el indulto a Fujimori y que gobernó el país entre 2016 y 2018, fue detenido a petición del equipo Lava Jato, que lo investiga por delitos de corrupción supuestamente cometidos durante su etapa como ministro de Administración del expresidente Toledo.
La Fiscalía pidió 36 meses de prisión preventiva. Kuczynski dimitió en marzo de 2018 por el escándalo que generó la divulgación de los pagos por haber ejercido como consultor de Odebrecht mientras era ministro.
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