El 18 de noviembre de 1942 ocurrió para los zulianos, uno de los más grandes acontecimientos que han vivido, cuando el padre Olegario Villalobos, le colocó la corona a la Virgen de Chiquinquirá. Palomas pintadas de colores, surcaron el cielo marabino como símbolo de paz y júbilo. Fue un día en que lagrimas de miles de feligreses se confundieron con manifestaciones de una profunda fe, que desbordó en un ambiente de fiesta, que hasta el día de hoy, se siente cada 18 de noviembre
Hace 81 años, la Iglesia coronó a la Virgen de Chiquinquirá, la Chinita de los zulianos. La Virgen ese día fue declarada Patrona Principal de la Diócesis cuando Roma concedió elevar a Basílica Menor, el templo de San Juan de Dios, morada de la Reina morena.
Se adecuó en el sector La Ciega ,al este de la ciudad, un espacio para convertirlo en campo de coronación, construido para albergar a una multitud de marabinos y visitantes de todo el país, que presenciaron el acto litúrgico de la entrega de la joya, la corona, que había sido confeccionada meses antes por el orfebre Alberto Bishoff, de origen alemán, quien trabajó una pieza de 10 kilos de oro y piedras preciosas, donadas en su totalidad por los feligreses.
Ha sido para los zulianos, uno de los más grandes acontecimientos que ha vivido desde la época, cuando el entonces párroco de la Basílica, Olegario Villalobos, le colocó la corona a la Virgen de Chiquinquirá, fue el día en que las lagrimas de miles de feligreses se confundieron con manifestaciones de una profunda fe, que se desbordó en un ambiente de fiesta que duró varios días.
Se calculó para entonces que, unas 100.000 personas presenciaron la coronación canónica ese 18 de noviembre de 1942, día, en que la Virgen del Rosario de Chiquinquirá terminó de consagrarse en el imaginario colectivo del Zulia, como la madre, reina, y patrona, a la que se recurre para pedirle auxilio, protección, e incluso justicia política.
El pueblo zuliano dio para la corona
Todo el pueblo zuliano colaboró para coronarla, para enaltecer a su Patrona y donaron pedacitos de oro, anillos, zarcillos, cadenas, morocotas y demás piezas que utilizaron los orfebres, para tener como resultado final, la gran joya de 18 quilates, adornada con esmeraldas, rubíes y zafiros que brillan permanentemente en el trono de la Excelsa Patrona, escribió la periodista, Margiori Bermúdez, en un trabajo que realizó hace años, para una edición especial del Diario Panorama, donde recoge pasajes del viejo Zulia.
Al evento asistió el presidente de Venezuela para la fecha, Isaías Medina Angarita, quién estuvo acompañado del Gabinete Nacional, que le dio realce al histórico evento. Aviones militares sobrevolaron el cielo como una demostración de reverencia ante la imagen que apareció renovada en la Tablita en 1.709. Paloma con los colores de la bandera sobrevolaron el lugar como muestra de un patriotismo.
Al terminar el acto de la eucaristía, el obispo de Maracaibo, Marcos Sergio Godoy, tomó en sus manos la corona de 10 kilos, y subió hasta el templete donde estaba la Virgen para coronarla. De inmediato sonaron sirenas, cañones y campanas, y en medio de abrazos, lágrimas y aplausos no faltaron las peticiones para la Virgen: danos la paz ,ilumina a nuestros gobernantes.
A las 7:30 pm comenzó el regreso de la imagen a su templo, a donde llegó a las 11:00 pm. Durante el recorrido, los vecinos de la barriada El Saladillo, y quienes se acercaron ese día, le iban entonando a coro las cuatro estrofas del himno que para la ocasión crearon Graciela Rincón Calcaño y Adolfo de Pool. !Gloría a Ti! !Casta Señora!
El altar y un misterio
En el sector La Ciega se montó el altar para la coronación y desde ahí soltaron aves pintadas de amarillo, azul y rojo,mientras la multitud aplaudía aquel hecho histórico.
Medios locales reseñaron para entonces que, una de esas aves se posó sobre la corona que se le había colocado a la Patrona y la gente comenzó a rezar considerando aquello como un milagro, un anuncio de la Chinita de paz, de misericordia, porque corrían tiempos de guerra, epidemias, gripe, etc.
El pueblo creyó que la paloma ensuciaría la joya recién colocada sobre la sien de la Patrona y no fue así y cuando voló el público aplaudió enérgicamente.
En la edición del 19 de noviembre de 1942, el diario Panorama destacó que Maracaibo escribió con este acontecimiento la más brillante página en los anales de la iglesia venezolana,con la fastuosa celebración de las festividades de la coronación canónica.
Hoy los creadores de su himno le siguen cantando a la Virgen de Chiquinquirá, para celebrar la tradición, como lo hicieron los 410 gaiteros que el 8 de noviembre escogieron interpretar la gaita Reina Morena frente a la Basílica y obtener el récord Guinness.
Texto y fotos: Javier Sánchez
