El 24 de agosto de 1962, el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, inauguró el Puente sobre el Lago de Maracaibo, General Rafael Urdaneta (PGRU). Era viernes y, según algunos cronistas, el sol se esmeró por resplandecer aquel día. El calor propio de la región no fue impedimento para que el mandatario lo recorriera de un extremo a otro en medio del alborozo ciudadano.
Una obra que se levantó en poco más de 40 meses y que significó la primera gran infraestructura materializada en los primeros años de la era democrática, aunque el proyecto fue concebido durante la cruenta dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Una referencia para el mundo.
Monseñor Domingo Roa Pérez tuvo a su cargo la bendición del Puente sobre el Lago, en un acto donde estuvo –como era de esperar– el gobernador de la entidad, Luis Vera Gómez, junto a la representación de todos los sectores de la vida nacional y regional. Fue un hecho sin precedentes.
Un símbolo de progreso y desarrollo
“En lo sucesivo, ya no serán solamente las torres petroleras sobre el lago el símbolo característico de Maracaibo. En adelante, a esas torres y a ese lago se verá incorporada la silueta ágil del puente, como nuevo símbolo de progreso y desarrollo de la Venezuela de esta generación”, expresó Betancourt durante el discurso inaugural.
A decir del arquitecto y docente universitario Pedro Romero, “el puente se construyó para salvar un accidente geográfico, un espacio superior a los ocho kilómetros que separa la costa occidental de la costa oriental del Lago”. Sin embargo, acota, se convirtió en emblema y evidencia de los logros del sistema de libertades conquistadas en la gesta del 23 de enero de 1958.
De los 45 minutos que implicaba viajar en el ferry, se redujo el tiempo a diez minutos, gracias al que por varios años sería el puente más largo del mundo en su tipo y una de las mayores estructuras de hormigón armado construidas en aquella época.
Los mejores constructores confluyeron para construir el puente
El ingeniero italiano Riccardo Morandi realizó el proyecto original, “pero un consorcio venezolano, de muy buena calificación como lo era Precomprimidos, en alianza con la Julius Berger AG, lo llevó a cabo. El proyecto original tuvo precisiones técnicas, con la participación calificada de la ingeniería venezolana y alemana”, explica el profesor Pedro Romero, actual coordinador de Patrimonio Cultural del Centro de Estudios Zulianos José Domingo Russ.
“Es una contribución pionera, no solo en lo que respecta a los avances tecnológicos, sino también en toda la estructura de gestión para que la obra fuera posible. En lo que respecta a las características estructurales y constructivas, supusieron avances importantes en el diseño y fabricación de este tipo de estructuras”.
Desde el punto de vista estético, el diseño del puente General Rafael Urdaneta también posee atributos que lo distinguen.
“Es una de las obras de ingeniería más reconocidas en el mundo (…) su estructura de concreto pretensado que se hace con esas grandes luces, lo hacen ver muy esbelto, sin excesos, para ser una estructura en concreto; esto sin afectar su capacidad de resistencia y funcionamiento estructural”, detalla el arquitecto Romero.
La descentralización: gran aliada del Puente sobre el Lago
Según el arquitecto Romero, la mejor época del PGRU vino dada por el proceso de descentralización, durante el cual el Gobierno regional tuvo a su cargo el Puente, del Puerto y el Aeropuerto. En ese período, la administración del Coloso fue responsabilidad del Servicio Autónomo Puente General Rafael Urdaneta.
Durante esa época, la estructura era monitoreada constantemente gracias a la cooperación que ofrecían con su saber, capacidad técnica y experiencia, la Universidad del Zulia, la Facultad de Ingeniería y su Laboratorio de Corrosión.
Sin embargo, la orientación centralista que ha prevalecido en Venezuela en los últimos 24 años, hizo retroceder dicho modelo que otorgaba poder a las regiones, que permitió -en su momento- evaluar y brindar mantenimiento oportuno a la estructura, así como ofrecer servicios óptimos a los usuarios.
Actualmente, no se realiza control de carga, los servicios de asistencia son deficientes, así como la señalización cuando se realizan desvíos o labores en la vía. “No todo tiene que ver con el presupuesto”, dice Romero.
¿Qué dice la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat?
El pasado mes de febrero la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat emitió un comunicado, a fin de alertar a los organismos competentes sobre el estado actual de la estructura del puente General Rafael Urdaneta (PGRU).
Esta publicación viene precedida de otras, con fecha julio de 2019 y abril de 2021, en las cuales advierten “sobre los posibles daños existentes en la estructura de dicho puente”, con todo lo que ello implica.
Tales declaraciones se realizaron luego de los dos incendios ocurridos en agosto de 2018 y en febrero de 2019, generados por fallas eléctricas en un componente de la red de transmisión del Sistema Interconectado Nacional y debido a la preocupación existente sobre posibles daños en la estructura del PGRU.
“Ambos incendios se produjeron en el interior de las vigas-mesa de los tramos atirantados de las pilas 23 y 25. Esta preocupación se acrecienta porque han pasado más de cuatro años sin que se realice una evaluación detallada de las afectaciones, de manera de poder determinar la capacidad de respuesta real actual de la estructura, con la finalidad de rehabilitar los sectores perturbados”, señala el comunicado.
Gobierno nacional informa sobre labores de mantenimiento
Sin embargo, hace un mes, el 19 de julio, el vicepresidente de Obras Públicas y Servicios, Néstor Reverol, realizaba una inspección al puente sobre el Lago de Maracaibo.
A través de redes sociales y notas de prensa, dio a conocer que “la estructura está siendo sometida a labores de rehabilitación que comprenden el retensado de las 384 guayas, rehabilitación de cabezales de pilotes, reparación de juntas de los elementos de apoyo y otras adecuaciones”.
“En este proyecto participan los mejores científicos y especialistas junto a sus equipos de trabajo para seguir garantizando la funcionabilidad de esta estructura, esencial para el desarrollo económico de la entidad y del resto del país”, enfatizó Reverol.
¿Cuándo será declarado monumento nacional el Puente sobre el Lago?
El Puente Rafael Urdaneta fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002, por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), presidido en aquel entonces por el arquitecto Pedro Romero. El año pasado, en la celebración de los 60 años del Coloso, se le concedió el título de patrimonio regional.
Aún está en espera su declaratoria como monumento nacional, pese a la consignación de un expediente en el 2000, que justifica tal designación, que solo puede realizarla el Presidente de la República, en Consejo de Ministros. ¿Será acaso el regalo de cumpleaños para el Puente sobre el Lago en este 2023?
Al consultar al arquitecto Romero sobre la incidencia de una eventual declaratoria de monumento nacional para el PGRU, señaló que “en lo práctico y concreto, lo que prevalece para darle atención apropiada al Puente sobre el Lago es la voluntad política y entender la prioridad de la obra”.
Añadió que, “en términos legales, cuando una obra se declara monumento nacional no puede ser intervenida, si no hay una expresión del IPC que la autorice, según lo establece la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural. Toda acción tendría que ser conocida y consultada, no en una caja cerrada, como ocurre en este momento”.
El zuliano y el PGRU
La puesta en valor cultural del Puente sobre el Lago, no solo como obra de ingeniería excepcional, sino también desde la apreciación y valoración histórica cultural, se logró a través del desaparecido Museo Conoce tu Puente.
Por su parte, el sociólogo y ensayista Miguel Ángel Campos estima que la dignidad y significación de una obra como el Puente Rafael Urdaneta, no se compensa con la atención que recibe.
“Esta obra excede la naturaleza arquitectónica, ingenieril y de servicio. Es un símbolo de una comunidad, de un país, de la actividad económica y cultural de la nación. Por otra parte, la valoración en el tiempo y la integración por parte de la sociedad, ha sido relativamente pobre”.
El académico llama la atención sobre la falta de obras literarias, de arte, composiciones, referidas al PGRU, que sean expresión del interés y el reconocimiento por parte del colectivo. Sin embargo, da una mención destacada a la obra de teatro El Puente, de la dramaturga zuliana Lolimar Suárez.
“La identidad no es el nombre y el apellido; es el conjunto de síntomas, de emociones, que sirven para decir quiénes somos. Es la capacidad del sujeto de representar el entorno donde está, es lo visual, físico, el paisaje, son amores, sentimientos”, manifiesta Campos, al considerar que todo eso y más debería ser el Coloso, para todos los zulianos y para el país.
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F Reyes
Fotos: Archivo NAD y cortesía
Noticia al Día